Luz, fruto que no cesa de caer
del árbol que cultiva el Gran Espíritu.
Vientre que con amor llena su espacio
para extraer el zumo del vacío
y dejarlo a los pies del mundo.
XXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXEl hijo
que anhela el corazón, ahora desciende
y posa su presencia intacta sobre
el alba de una nueva humanidad.
Nacer para morir con la sonrisa
de aquellos que han llegado a su morada
y al fin descansan cual recién nacidos. Luis Ángel Barquín
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