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Para amantes de la poesía, ya están disponibles en las webs de Amazon, y en formato E-Book, los 12 mejores Poemarios de Luis Ángel Barquín:

- Luz de marzo
- Compromiso-
- Sonetos para una tarde de verano
- Más allá de las palabras
- Página
- Pulso
- Una luz en la luz
- Dhyana (en meditación)
- Cuaderno del vacío
- Esencia
- Ser
- Poemas de amor
_______________________________

TE INVITO A VISITAR TAMBIÉN UNA LUZ EN LA LUZ -Blog de Luis Ángel Barquín sobre la Palabra Poética Universal: Poemas, Textos sobre la Poesía y la Creación Artística-

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viernes, 17 de septiembre de 2010

ALMENDROS EN FLOR

Del blanco al rosa,
del rosa al blanco,
el invierno buscaba su armonía
por el espacio.

Sacó febrero
-con beso sacro-
a los almendros de su largo sueño
para un milagro.

Árbol por árbol
fue despertándolos,
estirando y cuajando de alegrías
sus largos brazos.

Miles de pétalos
fueron creando
de amor constelaciones al alcance
de cada mano.

Los corazones
notaron que algo
trocaba su dolor en gracia y fueron
a celebrarlo.

¡Flores de almendro!,
el rosa, el blanco,
en vosotras encuentran un sentido,
y el ojo un bálsamo.

Luis Ángel Barquín

SIN MÍ

La vida…
Su movimiento desde la quietud.

El canto
de los pájaros.
XXXXXXXXXXXXEl
silencio de los árboles.
XXXXXXXXXXXXXXXXXXLa escucha
paciente de las rocas.

El olor de las flores.

El murmullo del viento.

La luz del sol
dibujando las formas.

El agua
transformándose.
XXXXXXXXXXXXXXEl suelo
-recogido en sí mismo-
sosteniendo el descanso
de todo lo que crece y lo que no…
Descanso ya sin mí pero con todo.

Luis Ángel Barquín

INVISIBLE

Lo puedes ver más allá
de tu mirada.
XXXXXXXXXXX¡Resbala


sobre su límite azul!

¡Deja
que se adentre tu visión
en lo sutil, no aparente!


¡Deja
que rebose tu mirar
sobre el reino de la luz!


Transparencia
que te lleva hasta el reverso
de tu mirada: no estás
allí pero algo de ti
toca o siente una presencia
escondida
tras tu deseo de ver.

-Luz ausente
de tu interior, aunque brille

el sol sobre el mediodía-.

Ahora el ojo
no busca nada en concreto,
y aparece sin esfuerzo,
en una imagen intacta
del presente, lo invisible.

Luis Ángel Barquín

QUIÉN

Ritmo mágico
bajo la luz de la luna.

Sin peso ya, el corazón
vuela con alas de música.

La guitarra va esculpiendo
quejidos, notas, silencios,
en el oído del mundo,
despierto una noche más.

De la fuente
brota el agua; de unos ojos,
lágrimas que beberán
otros labios.
XXXXXXXXXXAlguien, algo,
sigue pulsando las cuerdas
de la guitarra.
XXXXXXXXXXXXEn el pozo
-honda sombra- se refresca
el dolor de un alma rota
por una muerte cercana.

¿Quién graba con fuego y duende
pasos de baile en suelo?

¿Quién mueve con gracia única
los brazos?
XXXXXXXXX¿Quién toca palmas
con primor y sin desmayo?

¿Quién escucha -tras el velo
de su dolor- esa música
que nadie ha escuchado nunca
hasta ahora?

¿Puedes decírmelo tú?

Luis Ángel Barquín

miércoles, 15 de septiembre de 2010

SIN PRISA

Llegas cabal, sin prisa, como el viento.
Pasas solemne, con el alma quieta,
por el camino. Un eje te sujeta
a la tierra que pisas, tu sustento.

Una sola misión, un solo aliento
y una fe sola, unidos, son la escueta
virtud de tu existir. Nadie interpreta
mejor que tú la pausa en movimiento.

El reloj se ha parado en tu muñeca
para mejor sentir tu pulso. Tienes
una órbita de paz en la mirada.

Vas hilando el instante con tu rueca,
ofreciendo quietud, sonrisa y bienes
al mundo, sin pedir a cambio nada.

Luis Ángel Barquín

FUENTE

No es el calor.
XXXXXXXXXXXXNo es la sed.

No es la boca,
ni tampoco la garganta.

No es la botella, ni el vaso.

No es la nube ni es el río,
ni el glaciar,
ni es el lago, ni la mar:
no es el agua.

No es el cauce, ni el camino.
No es el final, ni el principio.

No es la palabra, ni el canto.

No es la vida.
XXXXXXXXXXXXNo es la muerte.

Y a la vez
es todos los anteriores.

Desaprendiéndolo todo
te vas hundiendo en el centro
-sin peso, cual si volaras-
de la fuente,
XXXXXXXXXXXde la nada.

Luis Ángel Barquín

ESCUELA (II)

A la Escuela Wu Chi, por su décimo aniversario

Un lugar ajeno al tiempo,
ceñido al instante, sano
como la tierra, que es fértil
y custodia lo sagrado.

Un lugar cerrado al tiempo
y abierto por todos lados:
por arriba, cielo abierto;
abierta la tierra, abajo.

Un lugar donde se escucha
el silencio: caminando,
de pie como un árbol múltiple
o simplemente sentado.

Un lugar donde palpita
el corazón en las manos,
donde nos acoge el vientre
y los pies nos dan regalos.

Un lugar para vivir
con peso, para elevarnos
sobre nuestros pensamientos
y descubrirnos amando.

Un lugar ajeno al tiempo,
donde sembrar el cuidado,
aprender a todas horas
y recolectar milagros.

Luis Ángel Barquín

PUNTO

Un mundo, recogido
en un solo latido,
destaca a la mirada, siendo ajeno
al fondo que revela su presencia
y señala sus límites
Idénticos en todas direcciones.

Mundo entero -aunque sea
su tamaño minúsculo-
que alberga y ama el cruce de infinitos
caminos, que sostiene cada forma
conservando su esencia
de enigmática y sola coordenada.

Luis Ángel Barquín

NUEVO

Se abre la flor del presente,
perfume inédito, intacto
su tallo, erguido en la nada.
Ya sus pétalos entregan
la desnudez y el rocío
a la luz de la mañana.

La mirada muere y nace,
se refleja hacia ambos lados
del espejo.
XXXXXXXXXToca el duende
alegrías y fandangos
con las palmas de la muerte.

El mediodía. Silencio…
La luna nueva se acerca
rodando desde la noche.

Luis Ángel Barquín

FUGA A NINGUNA PARTE

Fuga inminente
de una parte de mí
hacia ningún lugar…
XXXXXXXXXXXXXXXXA punto ya
-después de tanto y tanto
camino- de llegar

a un lugar de quietud
donde no exista ayer ni haya un después.

Un futuro perfecto, sin futuro,
-olvidado el principio de mi círculo-
para sentarme al fin y disfrutar
la vida originándose
y desapareciendo
en el extraño fuego del presente.

Percibir todo
desde ningún lugar y sin embargo
saber que sigo siendo
una única escucha,
una mirada sola,
eternas habitantes
de un hueco de la nada.

Luis Ángel Barquín

NO HACER

No hacer…
XXXXXXXXXHacer la nada.
XXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXNada haciéndose
ahora a través de ti,
que te dejas llevar como una hoja
por el azar.
XXXXXXXXXXNo hacer...
XXXXXXXXXXXXXXXXXXXXY todo ocurre
como revelación
de la expresión de ser,
XXXXXXXXXXXXXXXXXXXnaturaleza
hablando en ti: esa voz abandonada
que recuerdas -de pronto- de ti misma,
misteriosa respuesta del silencio
a tu pregunta nunca formulada.

No hacer…
XXXXXXXXXEn la dificultad se crea
un hueco para estar sin más,
XXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXespacio
que atrae hacia su centro
tu intención pura para que florezca.

No hacer…
XXXXXXXXXY, sin esfuerzo, recoger
en tu mano infantil
los saludables frutos del vacío.

Luis Ángel Barquín

JUGANDO

Una pelota
ha caído en tus manos.
También tú te has posado
sobre su superficie,
atraído por ella.

Brillan tus ojos.
Unos mofletes nacen
de tus mejillas.

Se va estirando
tu frente
hacia la orilla mágica
del no pensar.

Otras manos se acercan;
otros ojos te miran;
otras voces te dicen
¡pásanos la pelota!,
para jugar contigo.

Luis Ángel Barquín

CARTA A LOS TRES MAGOS DE ORIENTE

-Regalos para todos-

Trazas de angustia, un rayo de dolor,
una veta de rabia, de locura,
y un cielo de ilusión hecha aventura
para dar a las alas un motor;

buscar lo bueno en vez de lo mejor,
ser tierno, no ir en pos de la ternura,
cultivar flores -hasta en la basura-
y entregar la ideas al Amor;

subir hacia la cima sin mirarla,
sintiendo el pie, la tierra y la pisada,
gozar del pan, saborear el vino

y asir la suerte sin utilizarla;...
les pido, Majestades.
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxTerminada,
esta carta les mando de camino.

Luis Ángel Barquín

FONDO

Estas palabras
son tan sólo un pretexto
para lograr, o al menos intentar,
que nuestros corazones latan juntos,
al mismo tiempo y con un ritmo idéntico,
durante un rato.

Estas palabras
son tan sólo el acceso
que dispone el azar alguna vez
para vivir contigo
los espacios en blanco, el silencio,
el vuelo que sin alas nos transporta
-de imagen en imagen-
más allá de nosotros
hasta llegar al fondo del espejo
y descubrir el rostro que olvidamos.

Luis Ángel Barquín

martes, 14 de septiembre de 2010

ACCIÓN CONSCIENTE

A la Escuela Wu Chi por su décimo aniversario

¡El instante lo es todo! Tu corazón lo absorbe.
Confiando en la vida -como el pez, en el agua-
dichoso te zambulles a través de tu cuerpo
en el único hueco donde el presente flota…

Y aparecen señales, límites, resistencias,
compañeros de juego, viajeros sin billete,
alicientes inéditos, antiquísimas lámparas
o espejos, que revelan la respuesta a tu alma.

Te sientes más ligero y a la vez más profundo.
Tus pies tocan el centro de tu propia existencia
y penetran tus manos, misteriosas, la muerte,
regresando cargadas de tesoros sin nombre.

En la duda te yergues más seguro que nunca.
Se desvanece el tiempo y el vacío te inunda,
refrescando el silencio que en la escucha proteges…

Y avanzas impulsado por tu quietud secreta.

Luis Ángel Barquín

VILLANCICO

A la Escuela Wu Chi

No es todo lo que tienes sino cómo lo empleas,
si disfrutas de ello solo y en compañía.
No es los años que vivas sino la intensidad
de tus vivencias. No son todas tus virtudes,
muchas o pocas, sino tu temple al cabalgar
sobre ellas. No son tus afectos amigos
o familiares sino tu autoconocimiento
y comprensión del otro en cada relación.
Y no son tus defectos, pocos o muchos, los que
te alejan de la vida, de la salud, de ti,
pues sólo a través de ellos -como pasa la antorcha
a través de la noche- llegarás al umbral
de la aurora, con ojos y sonrisa de un dios
sin dejar de ser hombre, en tu natividad.

Luis Ángel Barquín

LLAMADA

Se distingue
entre todos los sonidos
la llamada del silencio.

Las voces van apagándose
como llamas invisibles,
consumiendo lo que queda
de los gritos, los susurros,
las palabras.
XXXXXXXXXXXLos poemas
brotan del árbol cardiaco
de la plegaria. El silencio
es la tierra donde arraiga
su semilla.
XXXXXXXXXToca el cero
muy adentro sus campanas
silenciosas
y el corazón –todo escucha–
es atraído por ellas.

Luis Ángel Barquín

COMBATE

Nunca se lucha contra lo visible.
El combate se libra -a cada instante-
en el reverso de la transparencia,
sin escoger adverbios ni pronombres,
sin pensar en vencido o vencedor.

Superar el umbral del sufrimiento
al ritmo de sentir el pendular
paso del alma por el punto exacto
que alza y sostiene el fiel de la balanza,
donde la nada anhela ser nombrada.

La auténtica palabra nos da un eje,
el que perdimos… ¿Nuestro reto, entonces?
Reconocer el eje como nuestro,
habitarlo y hacer girar el mundo
alrededor de su oquedad sensible.

La palabra cargada de silencio,
aun sin ser escrita o pronunciada,
nos deja vislumbrar -ahora y siempre-
la fuente original de donde mana
y el mar –imagen- donde desemboca.

Palabra que combate desarmada
-corazón en la mano, tierra extraña-
al pulso imperceptible de la nada,
en la no decisión elige siempre
la forma del combate, su misterio…

…Y al fin cesa el combate: nada, nadie.

Luis Ángel Barquín

DECIR LA NADA

-Nada puede decirse. Pero hay que decir la nada.
José Manuel Martín Portales-

Decir la nada…

Reflejar su pupila
con la mirada.
Entregar al silencio
cada palabra
cual la vida a la muerte
le entrega el alma.

Decir la nada…

Expresar una ausencia
sin afirmarla.
Testimonio del hueco
de la ventana
dando forma a la luz
que entra en la casa.

Decir la nada…

Ser eco de la luna
que al niño canta,
o sombra de la nube
que el viento arrastra,
o poeta de aquello
que nunca cambia.

Decir la nada…

Caminar con el frío
de madrugada…
Encender una antorcha,
fundir la escarcha
y en un cuenco de manos
beber el agua.

Luis Ángel Barquín

CUANDO ES CANTO LA LUZ

Voy camino del sol. Me acompaña la luna
-la luna nueva para ser exactos-.

Las estrellas vigilan
cada paso que doy sobre el silencio
de la espalda del mundo.
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxEscucho ahora
tan sólo un corazón -¿el mío?-.
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxSueño
que camino hacia el sol, y detrás de su fuego
me espera el alba eterna
del solo amanecer interrumpido,
cuando es canto la luz, donde flota una música
celebrando el milagro de mirar y de ver.

Luis Ángel Barquín

ANÓNIMO

Sin nombre
o con uno secreto para todos:
los que quieran saberlo y los que no.

Sin nombre
o con uno barrido por el viento
sobre la arena.
Con un nombre deshecho por las olas
sobre las aguas
o con uno borrado por el agua
sobre la roca.
Con un nombre quemado por el fuego
sobre el tronco sin vida de los árboles.

Sin nombre
o con un nombre blanco
sobre el blanco papel. Con uno roto
y en ruinas y enterrado
por las dunas del tiempo.
Con uno ya olvidado
por el que espera sin saber a quién.
Sin un nombre detrás
de la abierta palabra,
liberada del hombre que la piensa,
que la siente y la escribe,
para hacerla inmortal.

Luis Ángel Barquín

CANTO

Extiendo las palabras
hacia tu imagen, vuelo
sin moverme hacia ti,
quedándome en el punto
de nuestra intersección,
donde escuchas mi canto
antes de que aparezca,
después de su extinción,
donde el ritmo del mundo
hace escala en mi oído,
poseyendo mi voz.

Luis Ángel Barquín

LO QUE QUEDA

El mundo de las formas viene y va ante los ojos.
Se hunde en un cáliz roto en mitad de la noche
y mana de la cúspide del hondo mediodía.
Busca en la luz ser sueño de un dios siempre dormido.


Entre el dedo y la piel se deslizan sus huellas
y sus límites toman por sorpresa la orilla
del tacto vigilante, que ciego se estremece
y sordo se debate en el silencio herido.


Lo que queda después del paso de la música,
del susurro o del eco que su estela desgrana;
tras el aplauso honesto que el mundo le devuelve
sin manos, puro ritmo de palmas en ausencia.


Lo que queda en los labios tras el cálido beso
que dos bocas componen y el amor interpreta.
Tras el fuego en que ha ardido la razón de la flor,
cuando ya sólo flota su olor en la memoria.


Luis Ángel Barquín

ES ELLA

A cada lugar llega, está en todas las cosas.
Viene de cada sitio y en todo permanece.
Asoma en la inocencia su esplendor delicado.
En la ignorancia irrumpe como viento o caballo.


Transporta en su regazo riquezas olvidadas,
intactas voces, pétalos de flores nunca olidas.
Posa en los corazones el amor, la quimera,
la pasión del instante, la palabra de Dios.


Luis Ángel Barquín

jueves, 9 de septiembre de 2010

HORIZONTE

Inalcanzable:
se relaja la vista
en la distancia.
xxxxxxxxxxxxxxPuente
roto desde el instante
hacia su imagen,
xxxxxxxxxxxxxxxxhorizonte,
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxextiendo
mis dedos hacia él,
xxxxxxxxxxxxxxxxxxel vuelo,
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxy poso
la luz de la intención sobre su espalda.

[Vista de Florencia desde la terraza
Del ‘Blue Bar’, en Fiesole]

Luis Ángel Barquín

PEQUEÑECES

Sale el sol. Te despiertas…
Y sientes que respiras.
Bostezas. Te levantas.
La mente, el cuerpo, estiras.
Saludas a lo nuevo.
Saludas a la vida, que es tu vida.

Desayunas, escoges
cada nutriente por su sintonía
contigo.
XXXXXXXSales
a la calle sin prisa
observando el reflejo de tus ojos
en cada cosa y en cada pupila.

De frente
te encuentras un problema sin salida
aparente, y esperas a que suene
la melodía
de la acción relajada o a que brille
esa estrella pequeña que te guía
desde tu nacimiento.
XXXXXXXXXXXXXXXXXXEs mediodía
y aparece un amigo,
un alma en quien confías…
Y compartís mantel sin protocolos
y compartís la risa
y compartís una visión del mundo,
compartís diferentes perspectivas
de la salud, del juego,
de la poesía.
XXXXXXXXXXXOs despedís.
XXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXEl viento
recoge historias y acaricia heridas,
llena la tarde gris de movimiento,
buscar un lugar donde acabar su huida
desde ninguna parte.
XXXXXXXXXXXXXXXXXXGrita
una mujer
su dolor pero nadie escucha.
XXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXGira
la tierra, y en el cielo,
de una pálida luna florece una sonrisa
blanca al caer la noche.
XXXXXXXXXXXXXXXXXXXXLa cena está servida.
Comes todo despacio,
cada bocado saboreas.
XXXXXXXXXXXXXXXXXXXSilbas
una canción de amor
sentado en tu sillón.
XXXXXXXXXXXXXXXXXLuego visitas
-sin moverte del sitio-
cada instante vivido de este día
que termina, y te brota
de muy adentro una oración sentida
con la que das las gracias
en silencio a la vida, que es tu vida.

Ya se cierran tus párpados…
Y sientes que respiras.
Y a punto de dormirte, casi en sueños,
encuentras esa estrella pequeña que te guía.

Luis Ángel Barquín

A PESAR DE MÍ

Te amo a pesar de mí…

A pesar de mis dudas y obsesiones,
de mis temores,
de mi torpe visión,
de mi soberbia, de mi vanidad,
de mi rencor, de mi desinterés,
de mis olvidos,
de mis recuerdos,
de mis silencios carentes de escucha,
de mi impaciencia,
de mi reserva por comodidad,
de mi racanería, de mis celos,
de mis ansias sin tacto,
de mi callar forzado
y de mi tozudez,
te amo y te amaré siempre.

Luis Ángel Barquín

UNIDAD

Me diste tu mitad de noche silenciosa.
De luminoso día la mía te he entregado.
Me donaste tu piel en un beso sagrado.
Y te he dado mi voz, en tu oído dichosa.

Me diste la respuesta más profunda y hermosa
que mi torpe razón te había suplicado.
Para que tú lo cuides, mi corazón te he dado
en un abrazo eterno, cual encarnada rosa.

En ofrenda consciente, frente a frente, dos caras
sin saber de ellas cuál era imagen o espejo,
exhalando el amor, bebiendo su reflejo…

Y en la fuente del alba, dos estrellas sus claras
presencias sumergieron para fundir el día
con la noche en un solo presente de poesía.

Luis Ángel Barquín

EL FRUTO

Deseo
un amor duradero,
mas busco en ti
lo que no puedes darme
porque aún no lo tienes.

Para obtener amor no voy tras ello,
lo espero como fruto,
cultivo
recogimiento en mí, tierra que siembro,
que cuido,
a la que entrego mi atención intacta
todos los días…
xxxxxxxxxxxxxxFruto
que el mundo deposita
sobre la tierra -al lado de mis pies-
para expresarme
sin palabras su amor como regalo
de mi propia existencia,
nacida desde el centro
feliz de una semilla.

Luis Ángel Barquín

AMIGO

No estamos en contacto en apariencia…

La vida algunas veces nos reúne
y juntos construimos el instante
con dones y silencios.
XXXXXXXXXXxXXxxxxXXCada nube
puede dejar caer en nuestro techo
lluvia o señales del sentir del otro.

Es la distancia un puente que nos une.
Se siente si es enorme, y si es pequeña,
es la mirada luz y comprensión.

Jamás nos exigimos ni pedimos
cuentas al otro. Sólo proponemos
cada día un espacio, pleno o hueco,
para estar juntos sin dejar de ser.

Luis Ángel Barquín

FUGAZ

Apenas me distraje, y ahí estabas,
delante de mis ojos, esperándome
de pie sobre el silencio: sólo pude
mirarte como estrella repentina.

Radiante, un movimiento en tus pupilas
brotó de la quietud de tu presencia.
Relámpago interior, me recorrió
toda la sangre tu respiración.

Tan sólo supe ser. Me quedé inmóvil,
ceñido por tu luz, atravesado
por un amor que estremeció mi aliento…
… Y luego te fugaste hacia otro cielo.

 Luis Ángel Barquín

INTIMIDAD

Te he pedido un instante, y me regalas
toda la eternidad.
xxxxxxxxxxxxxxxxxNunca has sabido
de cifras, ni de trueques.
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxMe revelas,
sonriendo, tu alma toda
al acercarme a tu atención,
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxy dejas
de par en par abiertos
tus sentidos, que invitan a los míos
a abrirse, como flores, al ritmo de tu amor.


Luis Ángel Barquín

miércoles, 8 de septiembre de 2010

INERME

No tiene propiedades:
ni espada,
ni arco, ni lira,
ni pinceles, ni agujas, ni herramientas,
ni fusil, ni cuchillo,
ni raqueta, ni dinero, ni pan.

Únicamente se tiene a sí misma.

Algunos amigos suyos la ayudan
a conservarse bella, tierna, fuerte,
diestra, flexible…

Obra de Dios,
Xxxxxxxxxxxxxes la mano del hombre.

Luis Ángel Barquín

UNA LUZ EN LA LUZ

Hubo una luz…

Pasó la muerte y la borró de golpe.

Mas la luz, en su ausencia,
se recordó a sí misma, vio su muerte
entre todas las muertes, se buscó
como la sola luz que supo ser,
para encontrar su fuente
entre todas las luces por nacer
y renacer
como luz en la luz.

Luis Ángel Barquín

AQUÍ

Estar. No estar. No importa quién ni qué. Centro impensable que habita la presencia, donde se desvanece hacia la ausencia. Resquebrajado el tiempo por el solo golpe de la consciencia, aquí. Donde late la vida, inmenso corazón del pulso verdadero. Donde crece la muerte, renovando las formas, depurando el anhelo. Donde crece el amor tal un árbol testigo y sanador.

Reconocerlo, sí, como un regalo: no lugar donde el sueño abandona por fin al soñador, ahora despierto.

Luis Ángel Barquín

MISTERIO

Cambia la forma. Únicamente la no forma queda, diciendo sin palabras el silencio del mundo al ser oculto en cada corazón. Le habla del no ser común a todo, sin revelar su esencia.

Colarse por el hueco que lleva al no camino. Una llama avanzando por el instante eterno en todas direcciones, fundiendo identidades a su paso en el crisol oscuro donde sueña la luz.

El no saber detrás de la ignorancia y del conocimiento.

Esa voz que nos guía hacia el no desear decir ya nada. Un estar sin preguntas, descansando sin forma, en la ausencia feraz de la respuesta.

Luis Ángel Barquín

HOGAR

Atravesar tu cuerpo en retirada lúcida hacia el hogar. Desdibujar los trazos y líneas de tu mente con la mano maestra de precisión suprema. Empezar a ser tú sobre el abismo de un estado naciente que abrazas, bebes, miras, hueles, oyes, sin filtros y sin límites. Estar. Saber que estás y no querer huir, descansando en la fuente, disfrutando el frescor, saboreando el agua, acariciando el aire.

La flor del miedo ya dejó escapar su aroma seductor. El corazón del mundo late en ti. Su música te eleva hacia tu corazón, ése que nunca se olvidó de ti, tal el piano espera el retorno sensible del pianista.

La no respiración, estando en cada cosa. Habitando tu centro, amar todos los centros que componen el eje intacto de la espiral del mundo.

Recordar que olvidaste el olvido de tu propia memoria, sobrevolando al fin tu sombra pura, regresando al hogar.

Luis Ángel Barquín

ALGO

Algo me llama. No sé desde dónde. Cojo la pluma y un papel. Me siento. Algo mueve mi mano. La tinta crea signos sobre la hoja en blanco. Se detiene un momento. Y espero… No sé cuánto.

Algo regresa. No sé desde dónde. Continúa moviéndose mi mano a su dictado sordo y decidido, viento invisible que transporta ritmos, olores y fragmentos de imágenes, realidades intactas de mundos cotidianos paralelos y mensajes cifrados que, al escribirlos, dejan en el oído para siempre un eco de su propio silencio inconfundible.

Luis Ángel Barquín

DESTINO

¿Inevitable tiempo que llega o al que te diriges? Acaso algo de ti que avanza con el tiempo, algo de ti que permanece aquí.

Siguen volando pájaros sobre el futuro. El ayer va empujando tus dudas hacia la línea rota del horizonte.

Tu pregunta es real: − ¿a dónde voy?

¿Tienes sólo el destino que la muerte te asigna? Ella absorbe las horas intactas de tu cuerpo, las páginas no escritas de tu libro, la luna nueva de tus emociones.

Silencio blanco. Luz de la respuesta. La palabra es cegada por la presencia pura.

Una semilla rompe el olvido de sí misma, abriéndose a la vida más allá de lo que parecía su final. Ahora es más que todas sus posibilidades. Así deja un lugar entre una rota cáscara y la muerte: el espacio creado para ser: su destino.

Luis Ángel Barquín

NOCTURNO

Crece la tarde y vira hacia la noche. La luna va trepando por la pared celeste salvando sombras y encendiendo estrellas.

Al caer nuestros párpados, por fin estamos juntos en esta eternidad que nos convoca. Un alma sola. Dos cuerpos aliados. Al tú sentirme dejas que te sienta. Y dejo que me sientas al sentirte, amor mío.

Nada perturba el pulso del ocaso, que va sembrando un rastro de luces para un nuevo amanecer. Flota un perfume de exquisita esencia, extendiendo las alas de la felicidad.

Ahora nazco en la ausencia de la luz. Muriendo en el silencio, naces como una nota de una inmensa armonía.

El mundo se detiene en nuestros corazones un instante. Tiñe nuestras miradas un asombro insondable. Nuestros centros tocan el centro único, donde se reconocen como uno.

Descansas en la palma de la noche, donde aprende tu cuerpo a ser hermoso sin que tú lo sepas.

La oscuridad desprende mi apariencia de ser, y sólo soy la sombra que te mira y te ama.

A un beso de distancia, a un abrazo de ti, custodio sin desmayo tu quietud naciente. Y justo al lado del sagrado templo, en el jardín en que brotó tu ser, escoltas mi desvelo como una rosa blanca, vestida de presencia, desvestida de voz.

Luis Ángel Barquín

ESPERAR

Hacer un hueco inmenso en el que todo pueda existir. Un hueco de verdad, donde habite la nada. Y esperar.

No desear que el hueco continúe vacío. Tampoco que se llene por completo. No querer que algo, o alguien, aparezca en el hueco en un momento dado. No ansiar que el hueco se vacíe un poco. Ni mucho. No anhelar que este objeto o aquel ser, abandonen el hueco cuando queramos.

Así, esperar sin escapar del hueco. Una espera sin más, sin lo esperado. Dejando libre al tiempo. Observando el azar desde aquí mismo. Observando al que espera. Y esperar…

Y esperar sin saber quién espera, olvidado su nombre, su cuerpo, su memoria, en el inmenso hueco donde todo es posible… También, que nada ocurra sin esperar nada.

Luis Ángel Barquín

PÁJARO

En la inmovilidad no forzada del cuerpo siembra el aire las alas. Apenas un anhelo a punto de elevarse y elevar la duda a la certeza.

La mirada del pájaro sobre el desierto, dando destierro a la razón del hombre.

La levedad toma forma y navega sobre las aguas, sobre las tierras, recorriendo incansable los caminos del cielo. Un alma sueña arriba con las alas despiertas.

Por la imagen del vuelo cruza el pájaro.

Luis Ángel Barquín

DESLIZARSE

Avance sobre el limo… El cielo atrae el peso sin alzarlo. Es liberado el cuerpo de su hundimiento, mas no siente el ala. Horizontal avance: pasado que se aleja; porvenir que regresa teñido de recuerdos.

Al lado nunca. La mirada al frente. El frío da en la nuca y retrocede mientras se va avanzando.

El camino es ceñido por el cielo y la tierra. El recorrido intacto: sobre el limo, el destino está esperando la fuga sin retorno del testigo.

Luis Ángel Barquín

PEZ

Desde el centro del agua crece el pez. Se cree volar –pura ilusión– flotando entre dos límites: la tierra, el cielo.

El pez sueña ser ave un día. Su aleta principal es atraída por el sin límite de la no resistencia. Sueña en el fondo líquido de su poder.

La luz llega del cénit y le invita a ascender, a elevarse sobre su hábitat, cruzar los límites de su conocimiento. El vértigo invertido impulsa al pez. Sale apenas del agua y siente un tacto extraño: el abrazo del aire desnudando su piel como ave fugaz.

Luis Ángel Barquín

lunes, 19 de julio de 2010

SOBRE LA CREACIÓN ARTÍSTICA -GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ-

FANTASÍA Y CREACIÓN ARTÍSTICA EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE

Según el diccionario de la Real Academia de la Lengua, la fantasía es "una facultad que tiene el ánimo de reproducir por medio de imágenes". Es difícil concebir una definición más pobre y confusa que esa primera acepción. En su segunda acepción dice que es una "ficción, cuento o novela, o pensamiento elevado o ingenioso", lo cual no hace sino infundir mayor desconcierto en el ya creado por la definición inicial.

De la palabra imaginación, el mismo diccionario dice que es "aprensión falsa de una cosa que no hay en la realidad o no tiene fundamento". Por su parte, don Joan Corominas, ese gran detective de las palabras castellanas -cuya lengua materna no era por cierto el castellano sino el catalán- estableció que la fantasía e imaginación tienen el mismo origen, y que en última instancia puede decirse sin mucho esfuerzo que son la misma cosa.

Uno de mis mayores defectos intelectuales es que nunca he logrado entender lo que quieren decir los diccionarios y menos que cualquier otro el terrible esperpento represivo de la Academia de la Lengua. Por una vez que he tenido curiosidad de volver a él, para establecer las diferencias entre fantasía e imaginación, me encuentro con la desgracia de que sus definiciones no sólo son muy poco comprensibles, sino que además están al revés. Quiero decir que, según yo entiendo, la fantasía es la que no tiene nada que ver con la realidad del mundo en que vivimos: es una pura invención fantástica, un infundio, y por cierto, de un gusto poco recomendable en las bellas artes, como muy bien lo entendió el que puso el nombre al chaleco de fantasía. Por muy fantástica que sea la concepción de que un hombre amanezca convertido en un gigantesco insecto, a nadie se le ocurriría decir que la fantasía sea la virtud creativa de Franz Kafka, y en cambio no cabe duda de que fue el recurso primordial de Walt Disney. Por el contrario, y al revés de lo que dice el diccionario, pienso que la imaginación es una facultad especial que tienen los artistas para crear una realidad nueva a partir de la realidad en que viven. Que, por lo demás, es la única creación artística que me parece válida. Hablemos, pues, de la imaginación en la creación artística en América Latina, y dejemos la fantasía para uso exclusivo de los malos gobiernos.

1.-) Es difícil el problema de que nos crean

En América Latina y el Caribe, los artistas han tenido que inventar muy poco, y tal vez su problema ha sido el contrario: hacer creíble su realidad. Siempre fue así desde nuestros orígenes históricos, hasta el punto de que no hay en nuestra literatura escritores menos creíbles y al mismo tiempo más apegados a la realidad que nuestros cronistas de Indias. También ellos -para decirlo con un lugar común irremplazable- se encontraron con que la realidad iba más lejos que la imaginación. El diario de Cristóbal Colón es la pieza más antigua de esa literatura. Empezando porque no se sabe a ciencia cierta si el texto existió en la realidad, puesto que la versión que conocemos fue transcrita por el padre Las Casas de unos originales que dijo haber conocido. En todo caso, esa versión es apenas un reflejo infiel de los asombrosos recursos de imaginación a que tuvo que apelar Cristóbal Colón para que los reyes católicos le creyeran la grandeza de sus descubrimientos. Colón dice que las gentes que salieron a recibirlo el 12 de octubre de 1492 "estaban como sus madres los parieron". Otros cronistas coinciden con él en que los caribes, como era natural en un trópico todavía a salvo de la moral cristiana, andaban desnudos. Sin embargo, los ejemplares escogidos que llevó Colón al palacio real de Barcelona estaban ataviados con hojas de palmeras pintadas y plumas y collares de dientes y garras de animales raros. La explicación parece simple: el primer viaje de Colón, al revés de sus sueños, fue un desastre económico. Apenas si encontró el oro prometido, perdió la mayor parte de sus naves, y no pudo llevar de regreso ninguna prueba tangible del valor enorme de sus descubrimientos, ni nada que justificara los gastos de su aventura y la conveniencia de continuarla. Vestir a sus cautivos como lo hizo fue un truco convincente de publicidad. El simple testimonio oral no hubiera bastado, un siglo después de que Marco Polo había regresado de China con realidades tan novedosas e inequívocas como los espaguetis y los gusanos de seda, y como lo habían sido la pólvora y la brújula. Toda nuestra historia, desde el descubrimiento, se ha distinguido por la dificultad de hacerla creer. Uno de mis libros favoritos de siempre ha sido El primer viaje en torno del globo del italiano Antonio Pigafetta, que acompañó a Magallanes en su expedición alrededor del mundo. Pigafetta dice que vio en el Brasil unos pájaros que no tenían colas, otros que no hacían nidos porque no tenían patas, pero cuyas hembras ponían y empollaban sus huevos en la espalda del macho y en medio del mar, y otros que sólo se alimentaban de los excrementos de sus semejantes. Dice que vio cerdos con el ombligo en la espalda y unos pájaros grandes cuyos picos parecían una cuchara, pero carecían de lengua. También habló de un animal que tenía cabeza y orejas de mula, cuerpo de camello, patas de ciervo y cola y relincho de caballo. Fue Pigafetta quien contó la historia de cómo encontraron al primer gigante de la Patagonia, y de cómo éste se desmayó cuando vio su propia cara reflejada en un espejo que le pusieron enfrente.

2.-) Las aventuras de los que creyeron

La leyenda del Dorado es sin duda la más bella, la más extraña y decisiva de nuestra historia. Buscando ese territorio fantástico, Gonzalo Jiménez de Quesada conquistó casi la mitad del territorio de lo que hoy es Colombia, y Francisco de Orellana descubrió el río Amazonas. Pero lo más fantástico es que lo descubrió al derecho -es decir, navegando de las cabeceras hasta la desembocadura-, que es el sentido contrario en que se descubren los ríos. El Dorado, como el tesoro de Cuauhtémoc, siguió siendo un enigma para siempre. Como lo siguieron siendo las once mil llamas cargadas cada una con cien libras de oro, que fueron despachadas desde el Cuzco para pagar el rescate de Atahualpa, y que nunca llegaron a su destino. La realidad fue otra vez más lejos hace menos de un siglo, cuando una misión alemana encargada de elaborar el proyecto de construcción de un ferrocarril trans-oceánico en el istmo de Panamá, concluyó que el proyecto era viable, pero con una condición: que los rieles no se hicieran de hierro, que era un metal muy difícil de conseguir en la región, sino que se hicieran de oro. Tanta credulidad de los conquistadores sólo era comprensible después de la fiebre metafísica de la Edad Media, y del delirio literario de las novelas de caballería. Sólo así se explica la desmesurada aventura de Álvar Núñez Cabeza de Vaca, que necesitó ocho años para llegar desde España a México a través de todo lo que hoy es el sur de los Estados Unidos, en una expedición cuyos miembros se comieron unos a otros, hasta que sólo quedaron cinco de los 600 originales. El incentivo de Cabeza de Vaca, al parecer, no era la búsqueda del Dorado, sino algo más noble y poético: la fuente de la eterna juventud.

Acostumbrado a unas novelas donde había ungüentos para pegarles las cabezas cortadas a los caballos, Gonzalo Pizarro no podía dudar cuando le contaron en Quito, en el siglo XVI, que muy cerca de allí había un reino con tres mil artesanos dedicados a fabricar muebles de oro, y en cuyo palacio real había una escalera de oro macizo, y estaba custodiado por leones con cadenas de oro. ¡Leones en los Andes! A Balboa le contaron un cuento semejante en Santa María del Darién, y descubrió el Océano Pacífico. Gonzalo Pizarro no descubrió nada especial, pero el tamaño de su credulidad puede medirse por la expedición que armó para buscar el reino inverosímil: 300 españoles, 4000 indios, 150 caballos y más de mil perros amaestrados en la caza de seres humanos.

3.-) Una realidad que no cabe en el idioma

Un problema muy serio que nuestra realidad desmesurada plantea a la literatura, es el de la insuficiencia de palabras. Cuando nosotros hablamos de un río, lo más lejos que puede llegar un lector europeo es a imaginarse algo tan grande como el Danubio, que tiene 2,790 km. Es difícil que se imagine si no se le describe, la realidad del Amazonas, que tiene 5,500 km. de longitud. Frente a Belén del Pará no se alcanza a ver la otra orilla, y es más ancho que el mar Báltico. Cuando nosotros escribimos la palabra tempestad, los europeos piensan en relámpagos y truenos, pero no es fácil que estén concibiendo el mismo fenómeno que nosotros queremos representar. Lo mismo ocurre, por ejemplo, con la palabra lluvia. En la cordillera de los Andes, según la descripción que hizo para los franceses otro francés llamado Javier Marimier, hay tempestades que pueden durar hasta cinco meses. "Quienes no hayan visto esas tormentas -dice- no podrán formarse una idea de la violencia con que se desarrollan. Durante horas enteras los relámpagos se suceden rápidamente a manera de cascadas de sangre y la atmósfera tiembla bajo la sacudida continua de los truenos, cuyos estampidos repercuten en la inmensidad de la montaña". La descripción está muy lejos de ser una obra maestra, pero bastaría para estremecer de horror al europeo menos crédulo.

De modo que sería necesario crear todo un sistema de palabras nuevas para el tamaño de nuestra realidad. Los ejemplos de esa necesidad son interminables. F.W. Up de Graff, un explorador holandés que recorrió el alto Amazonas a principios de siglo, dice que encontró un arroyo de agua hirviendo donde se hacían huevos duros en cinco minutos, y que había pasado por una región donde no se podía hablar en voz alta porque se desataban aguaceros torrenciales. En algún lugar de la costa de Colombia yo vi a un hombre rezar una oración secreta frente a una vaca que tenía gusanos en la oreja, y vi caer los gusanos muertos mientras transcurría la oración. Aquel hombre aseguraba que podía hacer la misma cura a distancia, siempre que le hicieran la descripción del animal y le indicaran el lugar en que se encontraba. El 8 de mayo de 1902, el volcán Mont Pelé, en la isla Martinica, destruyó en pocos minutos el puerto Saint Pierre y mató y sepultó en lava a la totalidad de sus 30.000 habitantes. Salvo uno: Ludger Sylvaris, el único preso de la población, que fue protegido por la estructura invulnerable de la celda individual que le habían construido para que no pudiera escapar.

Sólo en México habría que escribir muchos volúmenes para expresar su realidad increíble. Después de casi 20 años de estar aquí, yo podría pasar todavía horas enteras, como lo he hecho tantas veces, contemplando una vasija de frijoles saltarines. Racionalistas benévolos me han explicado que su movilidad se debe a una larva viva que tienen dentro, pero la explicación me parece pobre: lo maravilloso no es que los frijoles se muevan porque tengan larva dentro, sino que tengan una larva dentro para que puedan moverse. Otra de las extrañas experiencias de mi vida fue mi primer encuentro con el ajolote (axólotl). Julio Cortázar cuenta, en uno de sus relatos, que conoció el ajolote en el Jardín des Plantes de París, un día en que quiso ver los leones. Al pasar frente a los acuarios -cuenta Cortázar- "soslayé los peces vulgares hasta dar de pronto con el axólotl". Y concluye: "Me quedé mirándoles por una hora, y salí, incapaz de otra cosa". A mí me sucedió lo mismo, en Pátzcuaro, sólo que no lo contemplé por una hora sino por una tarde entera, y volví varias veces. Pero había allí algo que me impresionó más que el animal mismo, y era el letrero clavado en la puerta de la casa: "Se vende jarabe de Ajolote".

4.-) El Caribe: centro de gravedad de lo increíble

Esa realidad increíble alcanza su densidad máxima en el Caribe, que, en rigor, se extiende (por el norte) hasta el sur de los Estados Unidos, y por el sur hasta el Brasil. No se piense que es un delirio expansionista. No: es que el Caribe no es sólo un área geográfica, como por supuesto lo creen los geógrafos, sino un área cultural muy homogénea.

En el Caribe, a los elementos originales de las creencias primarias y concepciones mágicas anteriores al descubrimiento se sumó la profusa variedad de culturas que confluyeron en los años siguientes en un sincretismo mágico cuyo interés artístico y cuya propia fecundidad artística son inagotables. La contribución africana fue forzosa e indignante, pero afortunada. En esa encrucijada del mundo, se forjó un sentido de libertad sin término, una realidad sin Dios ni ley, donde cada quien sintió que le era posible hacer lo que quería sin límites de ninguna clase: y los bandoleros amanecían convertidos en reyes, los prófugos en almirantes, las prostitutas en gobernadoras. Y también lo contrario.

Yo nací y crecí en el Caribe. Lo conozco país por país, isla por isla, y tal vez de allí provenga mi frustración de que nunca se me ha ocurrido nada ni he podido hacer nada que sea más asombroso que la realidad. Lo más lejos que he podido llegar es a trasponerla con recursos poéticos, pero no hay una sola línea en ninguno de mis libros que no tenga su origen en un hecho real. Una de esas trasposiciones es el estigma de la cola de cerdo que tanto inquietaba a la estirpe de los Buendía en Cien años de soledad. Yo hubiera podido recurrir a otra imagen cualquiera, pero pensé que el temor al nacimiento de un hijo con cola de cerdo era la que menos probabilidades tenía de coincidir con la realidad. Sin embargo, tan pronto como la novela empezó a ser conocida, surgieron en distintos lugares de las Américas las confesiones de hombres y mujeres que tenían algo semejante a una cola de cerdo. En Barranquilla, un joven se mostró en los periódicos: había nacido y crecido con aquella cola, pero nunca lo había revelado, hasta que leyó Cien años de soledad. Su explicación era más asombrosa que su cola: "Nunca quise decir que la tenía porque me daba vergüenza", dijo. "Pero ahora, leyendo la novela y oyendo a la gente que la ha leído, me he dado cuenta de que es una cosa natural." Poco después, un lector me mandó el recorte de la foto de una niña de Seúl, capital de Corea del Sur, que nació con una cola de cerdo. Al contrario de lo que yo pensaba cuando escribí la novela, a la niña de Seúl le cortaron la cola y sobrevivió. Acompaño esa foto a esta ponencia, como homenaje a los racionalistas incrédulos que forman parte de la concurrencia.

Sin embargo, mi experiencia de escritor más difícil fue la preparación de El otoño del patriarca. Durante casi 10 años leí todo lo que me fue posible sobre los dictadores de América Latina, y en especial del Caribe, con el propósito de que el libro que pensaba escribir se pareciera lo menos posible a la realidad. Cada paso era una desilusión. La intuición de Juan Vicente Gómez era mucho más penetrante que una verdadera facultad adivinatoria. El doctor Duvalier, en Haití, había hecho exterminar los perros negros en el país porque uno de sus enemigos, tratando de escapar del tirano, se había escabullido de su condición humana y se había convertido en perro negro. El doctor Francia, cuyo prestigio de filósofo era tan extenso que mereció un estudio de Carlyle, cerró a la república del Paraguay como si fuera una casa, y sólo dejó abierta una ventana para que entrara el correo. Nuestro Antonio López de Santana enterró su propia pierna en funerales espléndidos. La mano cortada de Lope de Aguirre navegó río abajo durante varios días, y quienes la veían pasar se estremecían de horror, pensando que aun en aquel estado aquella mano asesina podía blandir un puñal. Anastasio Somoza García, padre del último dictador nicaragüense, tenía en el patio de su casa un jardín zoológico con jaulas de dos compartimientos: en uno estaban encerradas las fieras, y en el otro, separado apenas por una reja de hierro, estaban sus enemigos políticos. Maximiliano Hernández Martínez, de El Salvador, hizo forrar con papel rojo todo el alumbrado público del país para combatir una epidemia de sarampión, y había inventado un péndulo que ponía sobre los alimentos antes de comer para averiguar si no estaban envenenados. La estatua de Morazán que aún existe en Tegucigalpa es en realidad del mariscal Ney: la comisión oficial que viajó a Londres a buscarla, resolvió que era más barato comprar esa estatua olvidada en un depósito, que mandar a hacer una auténtica de Morazán.

En síntesis, los escritores de América Latina y el Caribe tenemos que reconocer, con la mano en el corazón, que la realidad es mejor escritor que nosotros. Nuestro destino, y tal vez nuestra gloria, es tratar de imitarla con humildad, y lo mejor que nos sea posible.

Gabriel García Márquez

Nota: Texto Publicado en Voces. Arte y literatura. San Francisco, California. Marzo de 1998. Número 2.