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- Compromiso-
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- Una luz en la luz
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- Cuaderno del vacío
- Esencia
- Ser
- Poemas de amor
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miércoles, 30 de noviembre de 2011

POEMARIOS DE LUIS ÁNGEL BARQUÍN (desde 2003)

Por orden cronológico:

- VESTUARIO DE TACTOS
- RECOGIENDO LUCES
- EL PASEO
- CONSTELACIONES PARALELAS Y OTROS ASTROS
- EL RÍO
- HAIKUS Y RIMAS
- BURBUJAS
- ESPERANDO AL AMOR
- PRELIMINARES
- LUZ DE MARZO (editado en 2008 por ENTRELÍNEAS EDITORES)
- COMPROMISO
- SONETOS PARA UNA TARDE DE VERANO
- MÁS ALLÁ DE LAS PALABRAS
- PÁGINA
- PULSO
- UNA LUZ EN LA LUZ
- DHYANA (EN MEDITACIÓN)
- CUADERNO DEL VACÍO
- ESENCIA
- SER

sábado, 5 de noviembre de 2011

ANTOLOGÍA POÉTICA PERSONAL (2003-2006) DE LUIS ÁNGEL BARQUÍN


DE ‘VESTUARIO DE TACTOS’ (2003)


AURORA


A mi hermana

Amanezco muy pronto y te huelo.
Tras la Mar, escondida,
se derraman tu risa y tu aliento
sobre estrellas dormidas.

De rojo y azul pinté un deseo,
rosa no florecida,
y plantaste en mi huerto sin flores
tu graciosa semilla.

Soledad de niño entre gigantes,
una fiesta aburrida
que llenaste de miel con dos gotas
de Amor en tus pupilas.

Con tu paso camino completo,
a mi lado respira
la mitad de mujer que me falta
para entender la vida.

En la aurora reflejas tu cara,
en la aurora te miras,
y la aurora dibuja tu nombre:
Aurora, hermana mía.


ELEGANCIA

Salpicando de plumas la mañana,
un ritmo alado anuncia primoroso
tu sereno compás y delicioso
frescor de rosa blanca soberana.

La danza libre de tu ser hermana
sombra y perfil en dúo silencioso.
Tu pie extrae de la tierra su reposo:
el contemplarlo las pupilas sana.

Si trato de imitarte me resbalo…
El molde lo rompió la sutileza
que mana de tu piel, brisa que inhalo.

En el diván, el sueño es tu destreza.
Y fulge tu elegancia como el halo
que envuelve, en Luz de luna, a la pureza.


A VECES

-dolores-

A veces
hay un rumor de Luna
y el Sol del mediodía
se detiene.

A veces
se abren las sombras, tímidas,
y se yerguen sus noches
cual serpientes.

A veces
se mueren las estrellas
y su luz cae despacio,
cual la nieve.

A veces
hay un niño naciendo
en la Mar, de las olas
sobre el vientre.

A veces
se caen todos los puentes,
y el agua, sin sus ojos,
se adormece.

A veces.




DE ‘RECOGIENDO LUCES’ (2003-2004)


DICIEMBRE

                      -¿Feliz Navidad?-

Todo duerme, salvo el duelo,
con una palidez postrera
que en sí misma se recoge.

Soledades húmedas, frías,
silban entre las ramas tristes
de los árboles sin hojas.

Algo se anuncia en su callada
sinfonía de notas huecas.
Un letargo de carne y huesos

agranda, más y más, su sombra.
Los pájaros son negros contra
las nubes grises. Claroscuros

de ceniza y azul dorado.
Un dulce escalofrío surca
mi esperanza. Miran las brasas

a los ojos, eternamente
fijas en su lecho de infierno.
Un año muere, y otro nace

sobre un pesebre de hojas secas,
de viento y tierra...Me pregunto
despacio:”¿Feliz Navidad?”


DE ‘EL PASEO’ (2003-2004) 

EL PASEO

Soñé, mucho después de morir
y mucho antes de nacer,
que era yo, mi verdadero yo,
un paseante por la eterna vida
del momento único, retenido presente
por no sé qué mano universal,
siempre actual presente, simultáneo
en tierra y raíz, tronco y hojas,
y carnoso fruto, siempre en rama.

Y soñé, como sueñan los ángeles
con la tierra prometida y anhelada,
que todo era un paseo sensitivo, sin cuerpo,
por una senda parda, sobre naranjas,
rojoscuras y doradas hojas,
en un crujir feliz, majestuoso,
por el centro de una infinita cúpula,
que el azul redondeaba en inmensa órbita.

Fue la vida que soñé, despierto,
en un limbo de almohadas verticales,
de posibilidades, todas convertidas
en la cadencia del disfrute amplio,
de un sentir
las no-piernas paseantes,
de un intuir
que los aireados no-brazos eran alas,
de un saludar
con la no-cabeza a cada cosa,
todas y cada una, contenidas
en este celestial, mas terrenal, paseo
del todo conocerlo un solo instante,
para después, y como antes, ser paseo
del olvidarlo todo, en un olvido solo.


RESPIRANDO

A los insomnes

Respiras hacia dentro cuando sueñas.
Mueves el aire y el aire te mueve,
en una opaca sucesión de entregas
de nieves y carbones, por tu frente.

Hacia fuera respiras, si despiertas.
Quieres el aire y el aire te quiere,
en una brisa pendular y nueva,
que recorre tu aliento hasta la muerte.

Respirando, hacia dentro o hacia fuera,
buscas algo sin tregua en tus dos frentes:
la frente de la paz o de la guerra,
sin saber cuál es cuál, cuál te requiere.

Y respirando en sueños, te despiertas 
hacia fuera y respiras aire, y vuelve
al respirarte el aire, y tú le dejas,
respirando hacia dentro, si te duermes.

  -nana del péndulo-



DE ‘CONSTELACIONES PARALELAS Y OTROS ASTROS’ (2003-2004)


ACUNÁNDOTE

-nana para una princesita-

A Esther Miguel Delgado

Cuando estás cansada
de cantar,
de jugar,
y la blanca Luna,
grande está,
grande está,

tus ojos no quieren
ya mirar
ni brillar,
y se esconden pronto
tras el mar,
tras el mar;
allí, buscan flores
de coral,
de coral,
para hacer collares
y soñar
y soñar.

Cuando duermes, niña,
¿dónde vas,
dónde vas?
Las estrellas dicen:
¿dónde estás,
dónde estás?

Cuando estás cansada
de reír,
de llorar,
y tus piececitos
paran ya
de bailar,

tus ojos no pueden,
como el Sol,
ya brillar,
y se esconden pronto
tras el mar,
tras el mar;
 
allí, buscan notas
de coral,
de coral,
para hacer canciones
y cantar
y soñar.

Cuando duermes, niña,
¿dónde vas,
dónde vas?
Las estrellas dicen:
¿dónde estás,
dónde estás?

CONOCERTE

A Maribel

Conocerte es morir entre tus brazos,
saber que llevas dentro
algo limpio que tú tal vez ignores.
Conocerte es silencio,
es mirarte a la luz de la poesía,
contemplar el secreto
que, tan celosa, guardas en tu frente.
Conocerte es lo incierto
de que ya te conozca, es la sonrisa
que se mece en tu beso.
Conocerte es la Luna que me das
y ese Sol de oro nuevo,
que saldrá por tu espalda cuando el alba
me entregue tu universo.

Conocerte es la lluvia
que, sin mojar, me inunda  de tu centro.
Conocerte es la ausencia
de la torpe razón cuando te siento.
Conocerte es frescura,
es corazón moviéndose en lo negro.
Conocerte es soltarte,
dejar que vueles mientras yo te observo.
Conocerte es entrar
en tu desván de bellos muebles viejos,
y aprender a aceptar
tus fallos, y gozar con tus aciertos.

Conocerte es surcar
tus ríos, plácidos o turbulentos.
Conocerte es llorar
contigo, y es reír contigo luego...
...Y es también confiar,
sin buscar garantía ni consuelo,
en tu ser de verdad,
y arriesgar todo en ti, mi único verso.

Conocerte es amar,
al llegar a tu amor, libre de anhelos,
y cultivar en ti
las rosas que florecen en mi huerto.

EL AMIGO QUE VINO DEL FRÍO (II)

A Luis Fernando Fernández Antón

Han girado los días por sus órbitas
plenas de Luna y Sol, en equilibrio
de magnéticas ruedas siderales,
volviendo el sentimiento a su principio.

Amigo mío, propiedad del Alma,
con el frío prendido en tus mostachos
de Sancho Panza o de Quijote nuevo,
a mi eterna posada has regresado.

Recorriendo sin pausa la llanura
que entre nuestras dos mentes ha sembrado
Dios, recordamos los años de ventura
de, juntos, cabalgar tras lo soñado.

Amigo limpio, de sonrisa franca,
de francas manos y de francos ojos,
hoy, copas y quimeras levantamos,
para nunca olvidar que fuimos, somos

y seremos perpetuos compañeros,
bajo un cielo de grises profecías
o bajo un cielo azul, de sentimientos
tan puros cual estrellas de poesía.

Hoy, el aniversario celebramos
de aquel poema, por mi pulso escrito
con emoción y ofrecimiento alados,
dedicado a ti, ejemplo del Amigo.


EL VIGÍA

A Jesús Conde Lorenzo

Caminando al azar por un sendero,
me topé con los ojos de un vigía,
y al cruzar su mirada con la mía,
pude ver, un instante, el mundo entero.

Descubrí un corazón sensible y fiero,
contemplé un corazón de fantasía,
mi gozar fue del suyo compañía,
su dolor fue del mío compañero.

Hoy, subidos al mástil de su vista,
panaceas buscamos de alquimista
y encendemos un fuego que no abrasa.

Coco a codo, la muerte nos traspasa,
codo a codo, remamos hacia el sueño
donde todo se logra sin empeño.


LAURA

A Laura Martín Delgado

Desde tu leve nombre, apenas un latido,
te asomas y saludas como una verde llama.
Y descubro tu estrella, que emite rayos negros;
al reírte, semejan siderales pestañas.

Casi siempre, callada, en tu rincón de flores,
respirando el aroma de la vida en su salsa.
Casi siempre, captando con tu ágil microscopio
los detalles pequeños y las notas del alma.

Tierna rama de almendro, siempre en flor, siempre hermosa,
frágil embajadora de la paz derramada,
cuando escuchas, respondes, y cuando hablas, explicas.
La energía te sirve cual poderosa dama.

Ojos te dio el olivo, trasparente aceituna.
Al mirar, con tu aceite curas todas las llagas.
Y en tus pasos de gata, caminando en silencio,
a todas partes llegas con serena zancada.

En tus manos pequeñas, guardas enormes perlas.
En cuna de niña, los peluches te cantan.
En tu pecho, repican las aguas cristalinas
que manan en las cumbres de la nieve dorada.

No te conozco como padre, hijo o hermano,
no comparto secretos contigo, no sé nada
que saber me haga falta, para pedir que seas
mi luz en las tinieblas, mi espada en la batalla.

Y aunque tú no me dieras tus lágrimas, tu aliento,
ni tu abierta sonrisa de morena esmeralda,
quiero yo desearte un Feliz Aniversario
en éste que es tu día, silente Flor de Pascua.

MARINA (II)

A Marina Conde Delgado

Marina,
como un cristal del mar,
tu impredecible y transparente risa
unas veces refleja el navegar
de los barcos de vela,
y otras es puro prisma que, sin prisa,
descompone la estela
de la luz al pasar.

Marina,
caracola del mar,
en el arpa bermeja de tu pelo
vibran rubias corcheas al besar
un sol enamorado,
con labios de celeste caramelo,
tu rostro dibujado
por la sal al brillar.

Marina,
como una flor del mar,
tus pétalos son olas que se posan
sobre los tristes ojos del mirar
de delfines errantes,
llenándolos de azules que rebosan,
líquidos y fragantes
lirios de tu soñar.

Marina,
cual alondra del mar,
tus brazos de marea dibujada
por la tímida luna al respirar,
son las alas de brisa
que al ocaso se llevan mi pesada
sombra, negra camisa
que es alma en tu volar.


PUENTES DE LUZ

A mi madre

No me alcanza el vivir para quererte,
ni me basta la luz para mirarte,
ni el silencio me sirve al escucharte,
y hasta me falta piel para tenerte.

Pero me sobra sed para tenderte
tiernos puentes de luz con que ayudarte
a cruzar hasta mí para entregarte
la pureza que no supe ofrecerte.

Voy regando las flores de mi casa
con lágrimas azules de ese cielo
donde tus ojos cada noche encienden

una nana de sombra que me abrasa
y mi conciencia lleva hasta el desvelo:
puentes de luz que mis ojeras tienden.

BOLERO

Cuando la miro, un resplandor envuelve
la hermosa imagen que su luz decora.
Con sus pestañas mi pasión limita,
llegando inerme al cielo de sus órbitas.

Cuando la escucho, el ruido se hace música,
y el silencio, una playa donde posa
sus mágicas palabras, navegantes
sobre el suave oleaje de su boca.

Cuando la huelo, el reino de los lirios
y el reino de las rosas se enamoran,
y el corazón me empapan sus amores,
donde el perfume de otro mundo brota.

Cuando la pruebo, el paladar renace
cual un cáliz de jade que rebosa
de la ambrosía de su piel de luna
y del dulce prohibido de su boca.

Si una caricia de su mano vuela
y en albas ondas mi mejilla roza,
un arco iris me sube por el alma,
y ama mi sangre en una sola gota.

EL APRENDIZ DE SABIO
 

                  A Bhagwan Rajneesh (Osho)

Maestro, no me has enseñado nada,
pero siempre has dejado que aprendiese
a mirar todo objeto desde el centro
de mi perpetua llama.
                                 En tu mirada
he visto mis errores, mis tozudas
cadenas retorcidas, y he encontrado
aquello que se encuentra sin buscar,
el lago inmenso
de las doradas aguas.

No pretendo ya nada en este instante.
Quizá deseo torres de tesoros
si salgo del presente y me distraigo
por mundos de miseria y confusión.

La fresca brisa
de rosas que mece tu pelo,
sana mi herida, abierta tantos siglos
que ya no sé si es mía o sólo un sueño
de sangre corrompida.

Siempre llevo en mi alforja
la luz de tu linterna,
tan sencilla e intensa
que brilla bajo el sol de mediodía,
iluminando todo con la nada
de tu sonrisa sabia.
                              Amigo mío,
despedirme no puedo de ti nunca
pues tu cuerpo y mi cuerpo se han unido
en un gemelo abrazo desprendido.


FELINA

Cuerpo de gata, araña tu hermosura,
son tus pupilas de mis ojos llaves,
y en el mar de tu lomo van, cual naves,
naufragando mis dedos de cordura.

En el silencio azul, tu calma es dura,
y tu sombra es fugaz -¡y tú lo sabes!-.
Van maullando otra vez tus pasos graves.
Dulce llega hasta mí tu voz oscura.  

Has robado caricias de mi mano,
sigilosa ladrona de mi sueño
y vigilia nocturna en mi tejado.

Ocultando lo esquivo en lo cercano,
tú, felina mujer, quemas mi ceño
con un tango de fuego y mi pecado.

LOS REFLEJOS DE TU TACTO

A Federico García Lorca

Donde los gitanos beben,
en el manantial del llanto,
un niño ríe desnudo,
con dientes de verso blanco.

Trae su flequillo reflejos
de luna, de mar, de un algo
tan musical y distinto,
que es tan dulce como amargo.

Sobre un sombrero, llegaste
grana, celeste y dorado,
coloreando las dudas
de los ánimos opacos.

Semillas de Luna roja
brotaron por los costados
del sendero que, cual toro,
pisaste sencillo y bravo.

Aventurero en la noche
más oscura de los campos,
cuando el metal de la sombra
cubrió de muerte tu rastro.

Murmuraron los olivos,
los perros -¡todos!- aullaron,
los pájaros, a las ramas
ataron sus picos mágicos,

los toros, todos de luto,
derribaron los cercados,
y sangraron las muletas
de tus toreros hermanos.

¡Federico, Federico!,
lava tu nombre el pecado
de los que nunca quisieron
ver el alma de tus labios.

Donde se oculta la pluma
de los poetas, un raro
farol lanza intermitencias
de blancos y verdes rayos.

Me nacieron los oídos
con versos iluminados
desde tu limbo de azules,
donde duermes trabajando.

¡Federico, Federico!,
das corazón a mis pasos
cuando sueño con cristales
donde reflejas tu tacto.

OJOS DE NIÑA

Hay ratos que me mira con los ojos desnudos,
vacíos de las sombras que otras veces los pueblan.
Silbando en sus pupilas, a su niñez retorna.
Su luz es instantáneo fulgor de primavera.

Se divierte palpando corazones, con iris
de detenido asombro, como claros de Luna.
Quiero bañarme en ellos, refrescar mi desierto
de arenas milenarias, en sus aguas profundas.

Mi silencio se enciende con su parada luz,
fuente de estrellas lentas que vienen de muy lejos.
Sus ojos las recogen, como el mar a las olas,
y las lanzan despacio -vals del ofrecimiento-.

Su líquida pureza no es del tiempo. Su risa,
son las alas simétricas del alba soñadora.
Su perfume se mira, se disuelve en dos lágrimas
que bajan de mis ojos, inundando mi boca.

Esa mujer me mira como siempre ha mirado
todo, con transparente y desprendida caricia,
en su ver a través, más allá de las cosas,
cuando el Sol amanece por su ojos de niña.


SOLES DE AMANECER Y ANOCHECER

-Los ojos de Juan Ramón-

A Juan Ramón Jiménez

Se llevó sus palabras el poeta,
dejándonos a solas con su música,
música contenida y expandida
por el vuelo de su sonrisa blanca.

Levantó su conciencia hasta su techo
de siderales límites abstractos,
llenándose de luz, de paz, de fe,
de todo, en una nada concebida.

Dejó su amor, en tierra, a los mortales
que, pudiéndole amar o sin poder,
por sus ojos mirasen y a los de él,
soles de amanecer y anochecer.

Y me has dado la vida de tus versos,
ausencia de ti todo en tu poesía,
ya para siempre pura y al servicio
de mi latir, con nuestros corazones.



DE ‘EL RÍO’ (2004)


PÁJAROS DE AGUA

En sueños, se me acercan
en bandada simétrica, volando
con un batir de alas espumosas,
los acuáticos pájaros.

Sus cuerpos son de ola,
de lluvia en remolino o de remanso,
con plumas como gotas de rocío
azul, verde, dorado...

En mis hombros se posan,
picotea su líquido mis manos,
y al mirarme en sus ojos soñolientos,
la imagen es de pájaro.

Me incorporo, y extiendo
mis trasparentes alas como brazos,
y despego hacia el mar de la vigilia
por la sed impulsado.

Lentamente despierto,
en una playa inmensa estoy sentado:
mi pelo es de coral, y unas gaviotas
devoran el pasado.

MI RAÍZ

Mi raíz es la patria nunca escrita,
nunca escuchada, nunca concebida,
por mi razón, que busca una salida
por ignorar la tierra en que palpita.

Mi raíz nunca corre, salta o grita,
nunca es flor, ni hoja verde suspendida
en los brazos del Sol, pero es la vida
de alegre oscuridad, que necesita

mi corazón para crecer oculto.
Mi raíz es la fuente verdadera
donde mis aguas beben -¡tan calladas!-

la magia del presente. Rindo culto,
no a la divina rosa en primavera,
sí a la raíz que vibra en mis pisadas.


DE ‘HAIKUS Y RIMAS’ (2004)

ELLA

Ella nunca se cansa
de navegar con las marchitas hojas
de la mente y el cuerpo,
en su afán de aclarar toda la sombra.

Sin alas, vuela dentro
del hombre honesto y en su sien se posa,
y en sus ojos y oídos,
siembra un grano de dicha redentora.

Ella es puro silencio
que por debajo late de las cosas,
ocupándolo todo
con el vacío de su sola nota.

Si callado la miro,
un silencio mortal nos enamora,
llevándonos al reino
de las luces celestes y redondas.

Si callada me mira
tras un sueño, en su flecha, nos transporta
un silencio de Amor
hacia el confín de las palabras rotas.


DE ‘BURBUJAS’ (2004)

DESHOJADO

-Ritsu Zen (meditación de pie)-

Cual árbol que en invierno luce su alma desnuda
y al viento entrega su silencio blanco,
me desprendo de voces y, sereno, sosiego
la incertidumbre de mi pié descalzo.

Un remolino envuelve mi soledad y posa
algunos pensamientos y hojas muertas
sobre la tierra, cerca de mi raíz del tiempo,
donde las horas rompen sus esferas. 

La lentitud se expande por momentos sin nombre,
y agradece el cobijo del presente.
Más tarde, ha contraído su círculo el espacio,
y su ámbito anular ciñe mi frente.

El crepúsculo llega con su lámpara vieja,
coloreando vagamente mi rostro.
Deshojado del hábito, y erguido aún, saludo
al despertar desde un nudoso tronco.

SER

¡Adelante,
rompe la vasija
en mil trozos!

Ya está rota, ¡detente!...
...Ahora, hay espacio y silencio
sin forma ni contenido.

Escucha sin el oído,
siente,
estira tu tacto y palpa
sin buscar nada.

Estás aquí, y eres uno
por primera vez...
...Y eres todo, y tú lo sabes
sin pensar.

Gozas del Vacío.
¡Nada!
La muerte no te da miedo,
paladeas
tu ausencia en el tiempo.

Lleno,
luz eres de amor,
siempre,
corazón que vuelas ya.

SI NO PERMITES...

Si no permites que la luz de la franqueza
de un amigo ilumine
los rincones más negros de tu casa,
esos que más temes mirar e ignoras
por vergüenza u orgullo,...
...morirás angustiado, defendiéndote 
del ataque que nunca se produce.

Si no contemplas, absorto, el leve mundo
de las hojas dorándose
a la luz de la tarde, y no te olvidas
de todo por un rato,
disfrutando como por vez primera
de la música alada de los pájaros,
sentado en tu butaca de silencio,...
...morirás sordo y ciego,
rodeado de tapias invisibles.

Si no ofreces asiento, de vez en cuando,
a algún extraño en tu mesa,
compartiendo con él su soledad, la tuya,
hasta sentir que algo os has unido en lo más hondo,
hasta notar que ya lo conocías
cuando erais sólo niños
y jugabais en una playa limpia
con las olas y el viento,...
...morirás apretando fuertemente
una mano de plástico.

Si no quemas cada noche, libre,
en una hoguera de serenas llamas
tus éxitos de cera y tus fracasos de yeso,
si no encuentras placer en ser tú mismo,
sin adornos, ni máscaras que velen
tu sonrisa más tierna y tu llanto más frágil,...
...morirás aplastado por millones
de minutos de plomo y no habrá un lecho
de paz para tus huesos.


DE ‘ESPERANDO AL AMOR’ (2004)

TANGO

Estoy subiendo la escalera
que conduce a tu imagen.

Cada reflejo que me llega,
me muestra los peldaños que me faltan
para entregarme
a la imperfecta capa
que te adorna y custodia tus secretos.

Respiras enigmática...
...una fragancia de pestañas lentas
ha atado tu cintura con la mía.

Cada paso nos baila hacia la muerte,
en una seductora
traición que rasga los compases
de este tango imposible,
con su tacón de hielo.

¡No te amo todavía,
me falta tanto para ser oído
que te escuche por dentro, sin mover
un músculo de espacio!

¡No me engañes, querer, no me distraigas!
Quiero caer al fin por tu escalera,
y sentir el regreso
a mi patria sin nombre, ni pasado.
Desde acá, quiero verte,
quiero bailar, saliendo de mi sombra,
ese tango imposible donde nuestras dos luces
se fundan en un beso.

MARIPOSA

No he bajado a mi alma,
no he visto mis raíces de árbol viejo...

...Y llegas,
y te desnudas,
y me hablas de calor con tu mirada...

...Y sólo siento frío,
un frío suave y cómodo que aturde...

...Fijamente me miras,
como una mariposa que conoce
la flor,
el polen
y la semilla
de mi dolor, que quiere ser libado...

...Te posas en mi oído,
me dices
un no sé qué que suena a maravilla
y a escalofrío...

...Has entrado en mi alma,
lo sé porque la siento estremecerse
en tu contacto de agua cristalina,
pura, inocente.

NOCTURNO

En el nocturno
preámbulo de nuestras almas,
descubro
un corazón azul de sangre pálida,
manos de sueño,
labios de imagen olvidada,
ojos de luna,
y pies de sombra que se ensancha.

Una lechuza enciende
la magia
de lo invisible... El agua
añade su cristal
de notas de piedra y de plata.

Un gato se aproxima
maullando un mantra.
Reluce el miedo
como la tela inmensa de una araña.

Ya van naciendo
las flores de la escarcha...
...Sobre sus pétalos, muy quietos,
aguardaremos juntos la mañana.

SALA DE ESPERA

Sentado estoy, esperando...
...mi vista recorre
las paredes: cuadros,
fotografías veloces,
espejos ensangrentados,
grietas y relojes,
todos atrasados.

Llega un tren muy despacio:
pasajeros,
hambre, sed, cansancio.
Unos suben,
otros bajan,... y otros van llegando.

La sala queda vacía,
parece un  estanque helado...

...Un niño llega primero,
¡Ojos de relámpago!
Me mira un instante,...
...contemplo, de un golpe, mi pasado.

Después, llega un viejo
¡tan cansado!
Ni puede sentarse,
su tren parte de inmediato.
No me ve.
Sale de la sala, muy despacio,
hacia el tren. ¡El equipaje!,
le grito, ¡se lo ha dejado!...
...no me oye.

Me voy levantando.
Voy a coger mi maleta...
...siento una mano, ¡tu mano!
¿Cómo no me he dado cuenta
de que estabas a mi lado?
Tus ojos rezuman
despedida, un algo
tembloroso sube
a tus labios.

De mi cuerpo brota
todo el dolor enterrado.

En tu mejilla, mi beso.
En mi corazón, tu llanto...

...Y me marcho.

ORACIÓN

Hoy, empiezo a escuchar
las voces,
esas voces que están siempre escribiendo
mi historia verdadera.

Las siento amanecer
por detrás de las cumbres
de mis recuerdos.

Me llaman
por el nombre que tuve
una vez, en un sueño.

Sus palabras no pesan,
no hieren,
no engañan,
no existe diccionario
que las contenga.

Sólo vienen a verme
-¡como los pájaros!-
cuando el viento no mueve
mis ramas
y las viejas raíces se relajan.

Son las amigas únicas
del único silencio.

Hoy, he logrado oír
cómo cantaban en las fuentes,
como gritaban en el viento,
cómo roncaban en las piedras,
cómo rezaban en las flores,...
...cómo lloraban en tu piel,
traduciendo la vida
a mi torpe lenguaje.

El silencio me rapta, como un ave,
y me lleva a su nido,
tapándome los ojos...

...¡Qué regocijo!
Aquí, lo encuentro todo
por un instante,
el mismo que se lleva
todo el deseo.

Aquí te espero, ¡Amor!,
¡aquí te espero!


ESA FLOR

Estos ojos no alcanzan a soñarla,
ni este oído a sentir su voz callada,
ni este olfato a aspirar su delicada
fragancia, ni estos dedos a rozarla.

Mi razón no consigue descifrarla,
y pisa el paladar la encrucijada
de si es amarga, dulce, agria o salada.
Con mis alas de sed, parto a buscarla.

No descubro señal que me revele
su ubicuo paradero: es sufrimiento
el cuerpo, y el espíritu es dolor.

Y al hablarme tu pecho, no me duele
abrirme entero a ti... sin duda siento
mi corazón en flor, ¿será el Amor?




DE ‘PRELIMINARES’ (2004-06)

ACEPTACIÓN

¿Cómo sabes que no eres perfecto,
total, bello?

¿Por qué no pruebas a ser tú mismo, 
tan cuerdo y tan loco?

Cuando llegues al sitio que quieres,
¿serás feliz?, ¿más que ahora?

¿Qué tiene de erróneo, de insensato,
disfrutar a cada instante?

¿Sabes dónde se encuentra el lugar
donde eres ya rey o reina?

¿Debes algo a la vida, a la muerte,
al cielo, al mar, a los hombres?

Si no intentas cambiar lo de afuera,
¿sabes lo que ocurre?

Si te sientas a mirar al río
pasar, ¿se hace tarde?

¿Por qué quieres seguir con la lucha
donde siempre pierdes?

Hablo solo, las mismas preguntas
que lanzo a las nubes,
siempre vuelven a mí con fragancias
de flores y estrellas
que así me responden.


TAO

 A la escuela Wu Chi por su quinto aniversario

Como de las dos manos que me ofrece la vida;
reunidos el dolor y el placer en mi plato,
los sabores completan en misterioso trato
sus eternas carencias, con oculta medida.

Sin opción al descarte ni suerte preferida,
cuando llegan las olas, me abandono y acato
su compás insondable, flotando en insensato
y sensato viaje, sin tierra prometida.

Inmenso y diminuto como un vaso sin fondo,
el vacío me invita a saciar con su nada
la ausencia de mí mismo, de un trago paradójico.

Y el tiempo gira ahora, escarbando un redondo
surco igual a las huellas de mi historia gastada...
... en su centro descubro la razón de lo ilógico.

FORMA

Tai Chi; introdución a la forma de 108 movimientos

La esencia está madura: se divierte
cuidando de la forma…
… Su energía circula; o se detiene
y, por amor, rebosa.

El cauce del presente
hace sutil la pausa. Sin demora,
al viajero conduce con su leve
y mágico timón sobre las olas
de una mar sin orillas.
                                En mi vientre,
una estrella sin luz abre su boca:
mi vida entra en mi muerte;
la forma, en la no-forma.

REFLEJO

Al alma con que soy

En un charco del tiempo detenido,
pude ver un reflejo – mi reflejo –
que no tenía rostro, era alma sola
mirándome a los ojos desde dentro
de este mirar.
                      Un era que ahora es,
que siempre se recuerda sin palabras,
sólo con luz de aquel reflejo solo.

LIMPIA

Al alma, mi vacío

Como la aurora fresca y decisiva
- cuando tu claridad será mi peso -,
cual la ideal semilla de tu beso
viajando, por mi boca, a la deriva;

cual la virtud - que nunca se cultiva -,
la libertad del vuelo, o como eso
que de mi corazón escapa ileso,
dejando a mi razón de sí cautiva;

como la estrella que la madrugada
deja caer en gotas de rocío,
como la luz que tiembla en la mirada

y da a la piel su flor de escalofrío,
como el alma del mar, inmaculada,
eres ¡tú, mi alma!, limpia, mi vacío.


MÚSICA

A David Trinchant Legido, mi maestro de piano

Hoy, me siento al piano: me dice que no pulse
sus teclas y que escuche, con las manos despiertas
y los ojos inmóviles, las notas de una lluvia
invisible que cae desde una cima nueva…

… lluvia que va arrastrando con ella los perfumes
que nunca se han olido, las caricias que pronto
nos dejarán sus pétalos, posándose, rotundos
o delicados, sobre la piel de nuestro fondo.

Esas notas que llegan, y al punto desvanecen 
la forma que viajaba con su vuelo, en el centro
de nuestros corazones, son lágrimas de - ¡tantos! -
seres que amaron, y aman, y amarán, sobre el tiempo.


EL TIEMPO QUIETO

A José Sánchez García, mi maestro de Tai Chi

El tiempo quieto lo contiene todo:
herramienta y madera, barro y fuego, …
Y todo lo que da, lo quita luego
pero deja probar, de cualquier modo.

Aprender a arrastrarme por su lodo
o a volar por su cielo - todo en juego -,
es igual cuando sé qué es lo que entrego
y si busco camino o acomodo.

El tiempo quieto vibra en mis raíces,
dona a mi tronco un sano corazón,
prende en mis hojas una luz dorada.

Con un mapa de alegres cicatrices
y un gran pan de silencio en mi zurrón,
viajaré hasta el umbral de su morada.


INTELIGENCIA

            A mi padre

Como el cielo, nunca mengua ni crece,
es semilla y es árbol, a la vez,
y es el don de la eterna madurez
que a sí misma se nutre y embellece.

No es de nadie y a todos pertenece,
en la noche es brillante desnudez,
por el día es desnuda brillantez,
y a la postre su llama prevalece.

Desde el reino feliz del corazón,
llega al punto, con nuevas soluciones,
cual amiga infalible en la emergencia.

Mensajera de Dios en la oración,
lo ven todo sus altas intenciones.
En silencio la oirás: inteligencia.


DESCARTES

Amaré todo aquello que no quieras.
Lo que ya no te guste, me lo quedo.
Si desechas temer, guardo tu miedo.
Andaría los pasos que no dieras.

Dormiría en tu sombra, si lucieras.
De la red que te escapas, jamás puedo.
Al desvío que tomas, yo no accedo,
y abriría esas puertas que no abrieras.

Me tropiezo en la piedra que soslayas,
voy jugando con naipes que rehuyes,
colecciono esa idea que desdeñas.

Tus palabras son mías cuando callas,
sólo engullo los peces que no engulles,
y despierto entre velas cuando sueñas.

EL ESFUERZO ANIMADO

Como la vela, que recoge el viento,
cual el pedal, que al giro se dedica
y el fruto de su gesto multiplica,
cual remo, que da cauce al movimiento…

Cual ilusión, que vive en el intento,
como la llama, que en su luz se aplica,
cual ave, que al volar se significa,
cual eco de regreso hasta su aliento…

Cual lluvia que ahora es ola, y luego, nube,
como flor que ahora es polen, luego, miel,
cual mañana que, tarde, se hará noche…

Como el jinete, que al corcel se sube,
cual sueño del color en el pincel, …
…, es ánimo el esfuerzo sin derroche.
 
OLIVIA         

A Olivia Bardou, de cinco años

Olivia, dulce rayo que entrega el mediodía,
en tu cabello guardas los secretos del trigo,
y en tus ojos, las penas encuentran el abrigo
donde mueren sin peso, cual pompas de alegría.

Tu sonrisa es la aurora de una nueva poesía
que habita en las estrellas fugaces que persigo
en sueños cada noche; si me cruzo contigo
cuando duerma, quizá te alcance todavía.

Olivia, sabes todo lo que yo ya olvidé,
un problema en tus manos, es rocío en las flores,
y es tu sombra una danza cuando sale la Luna.

Una voz de aceituna te dirá que te amé
al calor de un otoño de Sevilla… ¡no llores:
al quererte, me diste la más pura fortuna!


EL AMIGO QUE VINO DEL FRÍO (III)

A Luis Fernando Fernández Antón

El viento del otoño se carga de hojas secas
y cubre, a pinceladas de temblor, los recuerdos.
Silencio. Llega el frío con algo entre los brazos:
¡un corazón, templado por la forja del tiempo!

Mi corazón extiende sus dedos de oro y sangre,
y toca la sonrisa del corazón viajero…
… poco a poco, al calor del fuego, va cobrando
su propietario forma; mi rostro, un fiel espejo.

Me cuenta los capítulos de su vida en el frío,
riéndose por fuera, llorándose por dentro.
Vacía sus alforjas, y caen sobre la mesa
la sencillez, la gracia, la paz y el alimento.

Su cómplice silencio comparte la poesía
que Dios nos proporciona, con mi silencio. Tengo
las puertas y ventanas siempre abiertas por si él
llegase -por sorpresa- triste, alegre o sereno.

Él siente mis caídas y, con mis alas, vuela;
yo, remo con sus brazos, y avanzo con su aliento.
El viento del otoño se carga de hojas secas.
Ya se unen en el alma las sombras de dos cuerpos.
 


FUTURO

Ahora, por fin, te llegan mis palabras.
Lo hacen, cansadas del viaje. Saben
que tú tal vez no quieras escucharlas.

Quieren tan sólo hablarte con la luz
de la estrella que miras esta noche.
En esta oscura noche, mis palabras
no logran expresar su peso, y vuelan
como pájaros muertos hacia ti,
confiando en nacer en tu mirada.

No me ves. No me hueles. No me tocas.
Una parte de mí se hace silencio
y estremece mi piel por un instante…

…instante que en tu pulso hace su nido
para que, así, tu corazón lo sienta.

Mis palabras son tuyas ya. Viajaron,
como el amor, en busca de otro dueño.




DE ‘LUZ DE MARZO’ (2003-06)

LUZ DE MARZO (I)

Luz de marzo,
te espero, te rezo.
Mi piel ya no oculta
su fe en tu llegada.

Invoco tu tacto
de invisibles llamas.

Tus ágiles rayos
posarán sus dedos,
tibias huellas limpias,
sobre mis pupilas.

Regirán el alma
tu estrella y la mía.

Quemarás mi rostro
de sonrisa helada,
y nuevas facciones
con muecas de niño
surcarán mi cara.

El cielo, tupido
de nubes y ansias,
te abrirá camino,
y miles de flores
erguirán sus tallos
al oír tu paso
volar, decidido,
raudo hacia el encuentro
del destino amado.

Una enorme mancha
de gris soñoliento
ya es dueña del techo;
reduce mi espacio
y alarga mi tiempo,
se aferra al pasado,
seduce al recuerdo.

La puerta ha borrado
el fiel picaporte
de su anatomía.

No atisbo salida,
y sólo a través
de una grieta amiga,
que besa el cristal
de aquella ventana,
se intuye un regreso
preñado de magia,
miel y melodías.

Llegará tu risa
antes que tu mano,
que todo lo alivia…
…sonreirá de nuevo,
circular, la dicha
de tener ya casi
tu mano en la mía.

La casa en penumbra,
sin muebles ni espejos…

Me siento en silencio
para cuando llegue
tu divina estela
de átomos de fuego.

¡Llega pronto
Luz de marzo,
llega pronto!

LUZ DE MARZO (III)

Llegarás cuando el alma del almendro despierte,
cuando el Sol se enamore de una estrella gitana.
Posarás tu celeste figura en la ventana
de la espera, y la vida manará de la muerte.

A tu paso, las flores se harán color por verte,
y será su perfume la esencia soberana.
A tu paso, el amor será fulgor que sana,
y la suerte del alba será ya nuestra suerte.

Luz de marzo, deidad que enarbolas mi empeño,
haciéndolo brotar cual hoja en cada rama.
Luz de marzo, mujer que acunando mi sueño

con tu ágil sonrisa, lo conviertes en llama.
Luz de marzo, ya corro como un niño pequeño
por tus campos... sin voz, la primavera exclama.

A LA LUZ

A la Luz, que permite que te vea,
aprendiendo a volar en su oro leve,
y me deja ser rayo que te lleve
el instantáneo amor con que se crea.

A la Luz, madre, diosa o lo que sea,
que sombra quema como el fuego, nieve,
quiero entregar mi llano y mi relieve,
mi voluntad que, ciega, serpentea.

A ti, Luz, respirando como un niño,
quiero tornar sin cuerpo y sin idea,
en un beso de Sol y de aventura.

A ti, Luz, catedral sin forma, guiño
del color que en un arco se recrea,
alzo el breve fulgor de mi escritura.

A MEDIA LUZ
                        A Maribel

A media luz, mejor saben tus besos,
es tu cintura elipse de oro y seda,
y el resplandor de tu aura se me queda
grabado en lo más duro de los huesos.

A media luz, resultan siempre ilesos
dos corazones al girar la rueda
de la pasión. A media luz, no hay veda
para el amor, que encuentra los accesos.

A media luz, tu voz gana sazón
para cantar, y mis palabras llegan
a tus oídos como golondrinas.

A media luz, perdiendo la razón,
nuestras miradas y caricias juegan
con el silencio en todas las esquinas.


CÍRCULO DE LUZ

Dentro del círculo, la luz
puede mirar su alma viajera
con pupilas de pausa. Sus pies
se han detenido sin querer.

Un pájaro desciende, y bajo
sus alas, una sombra crece
dando techo a la luz que sueña.

La luz del sueño rompe el límite
de sombra circular, y estira
sus misteriosos dedos de oro
hacia el círculo inalcanzable.

CON LUZ, SIN LUZ

A Maribel

Con luz te quiero, y con la luz te miro,
con luz, mis ojos en tus ojos dejo.
Sin luz, persigo en sueños tu reflejo,
y es tu voz, sin la luz, lo que respiro.

Con luz, te encuentro, Amor, sobre ti giro,
con la luz, te hallo pronto si me alejo.
Sin luz, un ciego soy de lo perplejo.
Sin la luz, robo el Sol cuando deliro.

Con luz, tu sombra brilla, y tu presencia
trae flores de la aurora y del ocaso.
Con la luz, se hace canto tu inocencia.

Sin la luz, bebo y bebo de mi vaso,
y no apago la sed. Sin luz, tu ausencia
es ojo que me guiña en cada paso.

EL BESO DE LA LUZ

Es, junto al otro que el amor propina,
el beso de la luz mi preferido.
Con él, mi piel celebra haber nacido
y planta una caricia en cada esquina.

En el alma, con él, se difumina
la noche oscura del dolor. Vencido,
el ángel de las nieblas ha perdido
su manto en el azul que se ilumina.

El beso de la luz sana el pasado,
da flechas al futuro; ¡ya el presente
no es estación de tránsito, es destino!

En su beso, hay perfume dibujado,
acordes que se escuchan sin la mente
y huellas de un acento peregrino.

ENTRE LUCES

Es media tarde. El viento, en un suspiro,
trae del silencio una canción de amor
desconocida… y se la lleva.
                                        Un pruno
cose con hilos de su sombra y sol,
en brazos del misterio, su vestido
de oro y carmines: mi meditación.

FORMA DE LUZ

-Tai Chi. Forma de 108 movimientos, 1ª. sección-

                           A José Sánchez, mi maestro de Tai Chi

La tierra y yo: este suelo
me sostiene, me invita
a estirarme, y palpita
ofreciéndome al cielo.

En un medido vuelo,
mi centro sube, imita
mi brazo al ala, evita
mi corazón al hielo.

La luz y yo: sostengo
su forma en el intento,
y el cuerpo va aprendiendo.

No sé si voy, si vengo;
soy uno con mi aliento,
y un sol está naciendo.

LA LUZ DE LA CREACIÓN


No es el óleo en el lienzo.
No es la tinta en la hoja.
No es la nota en la pauta
ni el arpegio en la boca.

No es el gesto en el aire
ni la muesca en la roca.
No es la imagen que avanza
ni es el pie que se posa.

No es la cúpula erguida
sobre el templo de gloria.
No es la arcilla abrazada
por la espléndida forma.

No es la nube encendida
que el crepúsculo nombra,
ni la espuma de plata
con que sueñan las olas.

No es el agua que canta
entre piedras que lloran.
No es el vuelo del agua
cuando, al sol, se evapora.

No es la danza del fuego
sobre brasas de sombra,
ni es el fuego que nutre
la pasión de la antorcha.

No es la perla ni el fruto,
no es la flor ni la onda,
ni el efecto postrero
ni la causa remota…

…Sólo sé que esta noche
de silencio, se asoman
a mi alma los ojos
de una luz misteriosa.


LA LUZ DESDE ESTA ORILLA


A esta orilla del río,
la luz dora las copas
de los sauces que lloran.

Las aguas, casi quietas.
La iglesia, iluminada.

Pasan unas canoas
río abajo.
               Se inclinan
cual verdes cataratas,
las lágrimas del sauce
al compás de la música
de la brisa, que sopla
su fresco clarinete.

LA LUZ ENCIENDE EL SILENCIO...


El silencio está en la luz.
La palabra está en la sombra.

La luz enciende el silencio
con amor. La sombra ignora
la ausencia que le da fondo
y el objeto que la forma.

Entre palabras, silencio.

Sólo la luz, entre sombras…
…debajo, encima, detrás,
delante de ellas, de todas.

Hablamos sin las palabras…

…el silencio se enamora
de nuestra luz: corazones
nacemos en su victoria.

La noche inmensa. Palabras
-tan sólo inermes farolas-
exploran, una tras otra,
la oscuridad, que las borra.

¡Háblame, sin tus palabras,
de tu silencio! Las ondas
de la luz llenan la ausencia
de tu voz, que vuela sola.

El silencio está en la luz.
Sus alas de mariposa
bate, y la música llega
como un regalo y se posa
en el oído.
                     Rumores
de besos rápidos rozan
el silencio, que arde ya
como una invisible fronda.
                 
LUZ DE AMANECER

Amanecer. Tus ojos,
mis ojos: la mirada
con nueva luz, de ambos,
pintando cada cosa.

Amanecer. Humor
que mis labios, tus labios,
en el cristal descubren,
besando la ventana.

Amanecer. Sol tierno
que miras a la cara…
…en tu cara me quedo
mirando un sol naciente.

Amanecer. Flotando,
moribundas estrellas,
a la deriva, entregan
su imagen a la noche.

Amanecer. Luz lenta.
Gatos lentos, los párpados
se estiran y maúllan,
dulce pausa, sin voz.

Amanecer. La luz,
errante una vez más,
sus huellas va dejando,
semillas de oro, en todo.

Rosado azul, inédito
secreto que revela
su núcleo, cristalina
sorpresa: Amanecer.


LUZ DE LUNA

                     A mi madre

Hoy se ha quitado la Luna
su velo de pensamientos.
Los árboles de la plaza
la miran con ojos quedos.

El perfume de las rosas
deja flotando un deseo
que los amantes encienden
con la lumbre de sus besos.

Los pájaros se han dormido.
Hay estrellas y luceros
al escondite jugando
con las nubes. El silencio,
de azul oscuro, desciende
del cenit del firmamento,
y baila un vals sin zapatos,
sin orquesta, con el viento.

Las puertas están cerradas,
y los balcones, abiertos.
La Luna prende faroles
de tibia plata en los cuerpos,
y en cada esquina, separa
los ángulos con un beso.

Diez hilos de luz de Luna
van hilvanando los versos
que mayo escribe esta noche
en un secreto cuaderno.

Las puertas están cerradas,
y los balcones, abiertos.

Los pájaros se han dormido.
Hay estrellas y luceros
al escondite jugando
con las nubes.
                      Mis recuerdos                
bañados en luz de Luna,
se entremezclan con mis sueños…

…Hoy se ha quitado la Luna
su velo de pensamientos.

 
SE RECOGE LA LUZ

Los perfiles se cubren de oros nuevos
que se van escurriendo entre las sombras.
Un pulso muere y otro nace. El tiempo
teje silencios con palabras rotas.

Llegan preguntas sin respuesta. El día
baja su frente y calla. El mundo toma
prestadas las estrellas y la Luna
por una noche más.
                             Pálida y rosa,
se recoge la luz hacia sus fuentes,
más allá de los prados de la aurora.

¡SIN TU LUZ!

-Las rosas verdaderas, todas-

                          A mi madre

Tus palabras, no todas,
sólo las falsas,
raptaron a las rosas, ¡sí!, a todas
las que te amaban,
las tuyas verdaderas.
                                     Quise,
sin decírtelo, ¡sí!, robar las rosas
para ti aquella noche, todas
las de la tierra, el mar, el cielo…
                                                Libre
-o libre me creí-,
desnudo,
volé y nadé por todo el mundo,
corrí por todo el mundo, ¡sí!,
para encontrar las rosas
una por una, todas…
…¡pero no estaban!
                                      Regresé
hasta ti, ¡sin tu luz!, aquella noche
-noche eterna, pensé-.

Sin derramar las lágrimas, lloré
toda la Mar, insomne.

No pude darte
un mundo en que tu aroma
pudiera ser feliz… sólo las rosas
y tú, una rosa más: ¡lo siento, Madre!


TU LUZ

A Amparo Blanco Gutiérrez

Tu luz no es parte de la luz que veo
ni es la gasa de oro que te anuncia.
No es tampoco una voz que se pronuncia
o se piensa o se sueña ante Morfeo.

No es tu luz un objeto en el que creo
o dejo de creer; no es tu renuncia
a vivir en la sombra. El Sol enuncia
las claves de su ardor en mi deseo.

Quizá sea tu luz lo que te mueve
y te hace parar, lo que te eleva
y te deja caer como la nieve…

Cuando salga otra vez la luna nueva,
pueda acaso escuchar, tras su relieve,
el verso de tu luz, del alma prueba.