Una palabra separa
mi corazón del silencio,
donde mi voz desemboca
dejando detrás al eco.
Allí mi sonrisa flota
sobre el mar de los sucesos.
Olas y olas la mecen
mientras la disfruta el cielo.
Nada invade su presencia.
Nada respira su aliento.
Nada nubla su primor.
Nada refleja su centro.
Paz y gracia la alimentan
con bocados de misterio.
Amor y duende le cantan
los secretos del flamenco.
Luna le pinta la curva
con rayos de su reflejo
y una estrella azul le presta
la chispa del firmamento.
No hay esfuerzo que me lleve
desde la pena a su reino.
Roto, el puente desafía
mi equilibrio sobre el tiempo.
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