todas
las fuentes y las fuerzas vivas
del
universo anhelan un viaje
-a
través de los hechos, del espacio,
del
instante-
sobre
la luz que porta
en su
seno divino la semilla
que
ha de nacer, crecer, vivir y amar.
En el
silencio fresco de la tierra
un
hueco
hace
posible el verbo
y la
materia…
El mar
mece
en su ritmo
el
espejo dichoso
donde
flota la imagen de la luna.
Bendice
el cielo
la
frente pensativa,
y el
corazón construye beso a beso
la
sutil fortaleza que consume los límites
protegiendo
el enigma que late en el vacío,
el
enigma que anuncia sin palabras
la
promesa del hombre,
la
verdad hecha fruto,
la
semilla celeste de tu vientre, mujer.
Luis Ángel Barquín
Luis Ángel Barquín
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