CARTA A LOS TRES MAGOS DE ORIENTE (II)

En la necesidad de ser se mece,
sobre una media luna, nuestra estrella.
Cuando olvidamos que su luz nos llega
desde muy lejos, más sentimos cerca
-incluso adentro- su mirada cálida.

Suspendida en la bóveda de oriente,
la fiel constelación del avatar
guía tres corazones a través
de la noche en que nace nuestro amor,
íntimo sol para la humanidad.

Amor naciente que regala paz…
Un presente de paz que siembra dicha…
Presente dicha que quema el deseo
en el templo espacial de nuestra ofrenda,
nuestro regalo de agradecimiento.

¡La magia de tres seres que transformen
la oscuridad en luz, sea el regalo! 

Luis Ángel Barquín