En ti siempre; tú casi nunca en él.
A veces pasas cerca de su reino
y sientes que retornas al hogar.
En él te habla la fuente de la vida.
Nada no es sólo una palabra en él.
Sólo puedes crear en sus dominios.
No hay tiempo en él, ni espacio, ni concepto.
La voz en él es canto silencioso.
El movimiento se comprende en él.
El color y la línea en él se aman
para engendrar las formas sin esfuerzo.
Giran los puntos a su alrededor
sin perder la quietud que los define.
Sólo puedes morir en su morada,
nacer, sin esperanza, en su misterio.
Luis Ángel Barquín
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