RETO

Una vez puesto en pie, el aliento que le sobra al presente se encamina, sonámbulo o despierto, hacia el reto.

El reto, umbral que, a modo de horizonte, atrae las voluntades como la mar al hombre de la costa. La mar está presente cada noche en los sueños de los marineros, como una sensación salvaje, inabarcable, que desafía al alma a fundirse con ella.

Tras el hondo descanso, el cuerpo se hace gesto, la luz es aventura hacia un espejo sin fondo donde nos reflejamos sin imagen concreta, el agua es un enigma para todos excepto para nuestra sed, y la tierra es retorno al punto donde el alma se viste de materia.

Reagrupando recursos y destino, el hombre al fin comprende que la vida es mucho, mucho más que lo que sobrevive o respira… Hay una música, con sonido o sin él, que por doquier se escucha, y el hombre afina el arpa con paciencia, aprende a interpretar su ritmo y armonías con esmero, percibe al fin entre sus dedos el pulso eterno del corazón del mundo, y deja una sonrisa flotando para siempre en el espacio.

Luis Ángel Barquín