LO PEQUEÑO

Lo pequeño es lo grande de mañana. Ayer era minúsculo lo que hoy es pequeño.

Ser grande es preguntarse por el fin, unas veces, otras, por cómo conservar la dimensión de hoy, y otras, por cómo ser aun más grande, inmenso, sin medida. Preguntas que se caen de la propia razón sin oler su respuesta, y llegan a la tierra, lo real, donde esperan…

Ser pequeño es caber en incontables huecos, cercanos o lejanos.

Completo está ya aquello que es pequeño, maduro en cualidad, ceñido en forma. Además, se recorren muy fácilmente sus dominios, cercanos a su núcleo, divisables.

Lo pequeño no sueña con ser grande, ni se siente menor, ni sabe de tamaños. Su pequeñez se cuela en el ahora, donde no cabe el aire de grandeza, ni la nostalgia, ni la preocupación.

El juego es patrimonio de las manos pequeñas; no lo sueltan jamás aunque, agotadas, duerman la siesta o sueñen con volar a la luz de la Luna.

Ser pequeño es el modo de ser grande sin que le pese al alma demasiado la experiencia reunida, ni le asuste jamás el gran misterio que siempre le rodea y le sustenta.

Luis Ángel Barquín