NOTICIA: LOS 12 MEJORES POEMARIOS DE LUIS ÁNGEL BARQUÍN YA A LA VENTA EN AMAZON.ES, AMAZON.COM, ETC

NOTICIA: EL 15 DICIEMBRE DE 2015, HAN SIDO PUBLICADOS EN AMAZON LOS 12 MEJORES LIBROS DE POEMAS DE LUIS ÁNGEL BARQUÍN

Webs AMAZON en: España - Australia- Alemania - Brasil - Canadá - China - Estados Unidos - Francia - India - Italia - Japón - México - Países Bajos - Reino Unido

Para amantes de la poesía, ya están disponibles en las webs de Amazon, y en formato E-Book, los 12 mejores Poemarios de Luis Ángel Barquín:

- Luz de marzo
- Compromiso-
- Sonetos para una tarde de verano
- Más allá de las palabras
- Página
- Pulso
- Una luz en la luz
- Dhyana (en meditación)
- Cuaderno del vacío
- Esencia
- Ser
- Poemas de amor
_______________________________

TE INVITO A VISITAR TAMBIÉN UNA LUZ EN LA LUZ -Blog de Luis Ángel Barquín sobre la Palabra Poética Universal: Poemas, Textos sobre la Poesía y la Creación Artística-

ACCEDER A: http://unaluzenlaluz.blogspot.com


martes, 27 de marzo de 2012

CONSCIENCIA

En el centro del espacio
se ha despertado el testigo.
¿Dónde está el centro? No sé,
acaso en todos los sitios.

La atención se va expandiendo
y aclarando, con el ritmo
del bostezo universal
que interpreta el infinito.

El final gira y se abraza
ahora con el principio,
descifrando la espiral
del tiempo sobre sí mismo.

Es habitado el instante
por la intuición; el instinto
se alimenta sin esfuerzo
de la raíz de lo íntimo.

Cual esfera hueca, asciende
de la entraña del abismo
el sueño ancestral del hombre
en busca de su destino.

Ya no sirven las ideas
entre suspiro y suspiro.
Los faros no alumbran ya
lo que queda del camino.

Es la era de las flores
junto al río cristalino,
del árbol lleno de pájaros
que cantan para los niños.

Se desvanece el fantasma
del miedo y se alza el rugido
del corazón indomable
del ser sobre sus latidos.


Luis Ángel Barquín

LA VIDA

Son posibles aún, en el azar más alto,
la luz dentro del sueño que sueña despertar.

El impulso habitante de la forma
se alza y desciende en pos de una presencia,
por incontables vueltas de la espiral errante.

Cruza el abismo el tacto del testigo
sobre un hilo invisible y presentido;
el eco y el reflejo son lo mismo
desde el perdido centro de la nada.

La memoria es materia consumida
por el dolor del mundo.
XXXXXXXXXXXXXXXXXXXEl sufrimiento
no encuentra ya fantasmas
en el espacio abierto, inteligente.

Al otro lado, la implacable incógnita
se sonríe y nos clava su pupila
desde el umbral sin tiempo y sin imagen.

La señal en el alma y el esfuerzo en el cuerpo
se suman al destino de la tierra,
beben el llanto íntimo del cielo,
son hijos de sí mismos
y herederos conscientes de la vida.


Luis Ángel Barquín

EN PAZ

Hay un ave
sobre la encina quemada
del camino.

El viento borra las últimas
huellas del hombre y las bestias.

Hace frío.
XXXXXXXXXEl sol se pone
sobre el bosque.
XXXXXXXXXXXXXXUn perro ladra
a la orilla
del río.
XXXXXXXVan encendiéndose
estrellas sobre la piel
de la noche.
XXXXXXXXXXXOtro ave duerme
sobre la encina quemada
del camino.


Luis Ángel Barquín

RIESGOS

El peso de las alas de los pájaros.

El vuelo sin espacio de los árboles.

El paso azul del agua por estrechos
silencios blancos.

La pasión de las rocas, contenida en la imagen
del sueño incandescente.

El viaje incorpóreo de las flores
besadas por la brisa.

El abrazo del Sol y sus milagros.

El guiño transparente del ojo de la Luna.

La mirada y los pasos del felino.

El corazón del vino y el aroma del pan.

Tu sonrisa y tus manos,
dibujando el paisaje del amor.

Mi frágil atención, rendida a tu presencia,
al borde del abismo que se abre.


Luis Ángel Barquín

lunes, 26 de marzo de 2012

VÉRTIGO

Volar

xxxxxmiedo

xxxxxxxxxxxxla
xxxxxxxxxxxxcaída

Es fecundado el vacío
por la vertical.
xxxxxxxxxxxxxxLa línea
adquiere doble sentido
e intensifica la pérdida,
rodeada por la vida.

Todo asciende menos yo,
que parezco caer.
xxxxxxxxxxxxxxxxxxHoy
mi percepción es del no
y es del sí mi realidad.

No me atrevo a agradecer
y huyo de sentirme en deuda.
Por ello, no ofrezco nada
de lo que soy.
xxxxxxxxxxxxxLo que tengo
lo entrego como tributo
-no como fruto-

xxxxxxxxxxxxxxen

xxxxxxxxxxxxxxel

xxxxxxxxxxxxxxvértigo.


Luis Ángel Barquín

ÁRBOLES

Los contemplo en mi sueño,
despiertos y elegantes...
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxQuietos ellos;
yo inmóvil.

Se extienden ellos, plenos, musicales.
Mis pies, fijos, envidian su feliz
viaje.
XXXXXXEllos frutales o floridos;
estéril yo, sin centro.

Saben quién soy,
y yo -ignorante de su ser- los miro
como ajenos a mí -lloro sin lágrimas-.

En sus ramas mejor cantan los pájaros.

Bajo sus hojas es la sombra vida.

El cielo los convoca para el vértigo sacro.

Ahora y siempre se escucha bajo tierra
un silencio: la paz de su semilla.


Luis Ángel Barquín

NUEVO

En el espacio vacío,
la pregunta del silencio
halla respuesta -al instante-
por boca y sed de lo nuevo.

¡Ni en la vida ni en la muerte!:
con un pie en ambas te espero…
Te espero sin esperanza
en el corredor del vértigo,
de donde parten los vivos
y a donde llegan los muertos.

Nuevo para hacerse niño
en un espacio tan viejo,
para respirar el hálito
del amor puro, sin dueño.

Tantas veces como estrellas
prenden su luz en el cielo,
tantas como granos hay
en la arena del desierto,
tantas como cicatrices
va dejando el sufrimiento
ancladas en los espíritus,
dibujadas en los cuerpos,
¡tantas que ya no las cuenta
el relojero del tiempo!,
dedicado a menesteres
y querencias de lo nuevo,
en cuyos ojos intuye,
como un abismo, lo eterno…

Lo nuevo -sin su palabra-
naciendo ahora de un cero.


Luis Ángel Barquín

CONTAGIO

Lo bello que no se muestra
pero se puede sentir,
el verso noble que fluye
en la consciencia del sí.

La razón que tú no ondeas
y que es bandera de ti.
Ánimo que te señala
el camino desde aquí.

Círculo que me rodea
y crece dentro de mí,
espacio sin horizonte
donde puedo ser feliz.

Fortuna que nos alcanza
sin pretenderlo, elixir
que en silencio compartimos
sin dejar de sonreír.

La pasión de los vencidos
por volver a combatir
-faltos de miedo y deseo-
entre el principio y el fin.

Luis Ángel Barquín

HAS VENIDO

Para quedarte
como huésped sin nombre de la vida,
has venido…
XXXXXXXXXXXOlvidando tu destino,
vas recordando el ritmo de tu aliento
en cada curva, recta, llano y cuesta
que atrás dejaste
para llegar a este lugar sagrado.

Estás, aquí, en el centro de la duda,
un no saber que la razón ignora
y que el silencio agranda
y la intuición reduce,
hasta tener sentido para ti.

 Luis Ángel Barquín

sábado, 24 de marzo de 2012

LA PROPIA VOZ

Olvidada y frutal, acecha ella
en el silencio una ocasión propicia
para extender las alas hacia el canto,
sobre el caballo azul de la armonía.

El corazón del hombre se está ahogando
bajo un dolor que pesa como el mundo…
A tientas busca, entre la propia sombra,
el acento que rasgue su tristeza.

Notas y notas –agua, dunas, árboles-,
manantiales de voz bajo el desierto
de la desesperanza; luna nueva
para una noche huérfana de estrellas.

Garganta, en el cristal busca el reflejo
oscuro de la entraña incandescente,
y hasta los labios sube la palabra,
tallada su sustancia por la música.

Luis Ángel Barquín

CERO (II)

-Wu Chi-

A la Escuela Wu Chi

Sin el cuerpo, sin memoria,
sin un hogar, sin preguntas,
queda ahora una respuesta
dibujada por la duda.

La nave de la certeza
quedó posada en la luna,
sin poder ya despegar,
soñando en su cara oculta.

Están unidos los centros
por la red de la no lucha:
un soplo, para la vida;
para la muerte, una tumba.

Dimensión sin horizonte
que en la vertical profunda
del instante se sostiene,
prendiendo su llama pura.

Restando objetos del tiempo,
va calculando la suma,
enlazando cada pérdida
con una presencia única.

Del todo desvanecido
nace una energía lúcida
que salta de un mundo a otro,
ágil, sin huella, desnuda.

Luis Ángel Barquín

EL PASEO (II)

Deambular con el paso luminoso
del no llegar, del no partir, amando
cada aliento y pisada, meditando
más allá de lo feo, de lo hermoso.

Suelo que brota ahora en el precioso
encuentro con la vida. Quién y cuándo
no importan ya: tan sólo el paseando
del testigo invisible y silencioso.

Cogidos de la mano, avanzar juntos
por el azar formado con las huellas
de los pies y del alma del viajero.

Paseo sin objeto y sin asuntos
bajo la cúpula de las estrellas,
sobre la tierra intacta del pionero.

Luis Ángel Barquín

INÚTIL

No pueden ni podrán sacar partido
de su salud, su tiempo o su energía.
No se vende ni compra su poesía
y pocos saben para qué ha nacido.

Está sin más, abierto, agradecido,
mas parece cerrado. Su osadía
es la vida sin fruto, y su alegría
no tiene causa, meta ni sentido.

Cual árbol cuyo tronco es tan nudoso
que nadie tala, cuya rama llena
de extrañas hojas da sombra y cobijo

a cuantos se le acercan, su valioso
no hacer es la mitad fértil, serena,
donde el presente oculta su acertijo.

Luis Ángel Barquín

MORADA

Allí donde me basta palpitar
para empezar a ser agradecido.
Donde mi vida sueña su sentido
y la vida me ayuda a descansar.

Donde siempre me puedes encontrar
con la intuición -espacio en blanco, nido
entre el veraz recuerdo y el olvido-.
Allí donde has dejado de buscar.

Allí donde comienzo a caminar,
umbral amigo que me da su aliento
para aceptar sin miedo lo que siento.

Donde contigo abrazo el verbo amar.
Hogar donde reposo la mirada
sobre una llama íntima y sagrada.

Luis Ángel Barquín

DUAL

Oigo tu acento y tu silencio juntos,
para gozar la música completa.
Abrazo la quietud de tu silueta
para sentirte en paz con tus asuntos.

Atiendo tus palabras -y los puntos
que las convocan- de la a a la zeta.
Para ti, soy poema y soy poeta
entonando la voz de mis difuntos.

Te odio y te amo en frágil armonía.
Disfruto de tu ausencia en compañía
de ti. Muero en tu vida, que me salva.

Te entrego lo que soy… y algo me sacia.
En la sed de tu amor bebo la gracia.
Y busco estrellas en tu piel, al alba.

Luis Ángel Barquín

AZUL

En sus ojos un mar contempla un cielo
-olas en paz y cielo despejado-.
Doble, el azul alcanza el solo estado
en la feliz fusión de aquel desvelo.

La luz esplende en su color, y el duelo
de este sombrío corazón –tocado
por su rayo certero– es derrotado,
rodando al fin su sombra por el suelo.

Azul para soñar entre sus olas,
vagar sobre sus nubes o cantar,
como sus lirios, a la primavera.

Azul para apreciar su luz a solas
de mar, de cielo, o para acariciar
sus ojos otra vez, de otra manera.


Luis Ángel Barquín

HAMBRE Y SED

A la Escuela Wu Chi

Existe un hambre oculta junto a una
sed que no se padece fácilmente:
hambre que nos libera de la mente,
sed que guarda el umbral de la fortuna.

Es la sed del poeta ante la Luna,
hambre de otra mitad, nuestra y ausente.
Necesidad de amar con sed consciente,
hambre de la presencia que no ayuna.

Hambre que vive por y para el arte
de vivir de verdad, morir si cabe.
Sed de una muerte libre en cada verso.

Hambre que el todo alienta en cada parte,
sed que a la postre sirve como llave
para sentir la paz del universo.


Luis Ángel Barquín

GENIO

Luz que retorna al alma de su estrella
y explora cada objeto desde dentro.
Amante el corazón, despierto el centro,
destapa el féretro que el tiempo sella.

Se oculta en el cristal de una botella,
creando sin esfuerzo en el encuentro
de lo interno y externo. Su hipocentro
está debajo –siempre– de su huella.

Escucha cada pausa y cada nota
de la música azul del firmamento,
sobre la muda piedra del planeta.

No se extingue su flor, jamás se agota
el fruto de su árbol. Es su acento
como el alado paso del cometa.

Luis Ángel Barquín

MISTERIO

Punto final que aceptan los sentidos,
detenidos al tiempo por el ser.
Umbral donde uno puede enloquecer
si ignora al corazón y sus latidos.

De donde llegan los recién nacidos,
borrado de sus ojos el ayer.
Llave secreta del envejecer
que guardan los instantes no vividos.

Sal de la vida, espacio de la muerte,
la luz que me traspasa para verte
más allá de tu forma y mi deseo.

El beso eterno de tu amor, imperio
que alimentan las fuentes del misterio,
pausa en que te presiento y no te veo.

Luis Ángel Barquín

LUZ DE MARZO (X)

Mirarte es no encontrarte. Verte es ver
a través de tu alma el universo.
Volar es meditar en tu disperso
cuerpo de estrella cada amanecer.

Amarte es irme, cada atardecer,
sin pupilas contigo hacia el reverso
de tu presencia, y despertar inmerso
en la sombra que nutre tu poder.

Hallarte es recibir la primavera
cual milagro que extrae de su chistera
el mago sideral, año tras año,

sin repetir el truco. Fiel, sin prisa,
llegará pronto tu inicial sonrisa
tras el perfume de la flor que extraño.


Luis Ángel Barquín

TÚ (II)

Me acercas o me alejas sin moverte.
De reojo o de frente, un solo instante
te basta para verme, vigilante
fugaz por el espacio de mi suerte.

Entra mi vida en ti como en la muerte:
sin memoria ni cuerpo en adelante.
Tan sólo un pulso el corazón vacante
escucha, por doquier, cálido y fuerte.

Tú eres la imagen viva que ahora brota
en el espejo del amor, la gota
que a mi sangre le falta para amar.

Eres tú el cielo azul de mi desvelo,
tierra en flor que se extiende como suelo
bajo mis pies, mi luz al despertar.

Luis Ángel Barquín

viernes, 23 de marzo de 2012

NO EGO

Mi vida, sostenida por la vida,
avanza paso a paso hacia su muerte.
La muerte, cara oculta de la suerte,
vertical de una cruz a mi medida.

Cura en la paz mi corazón su herida,
con débil pulso y resistencia fuerte.
Pesa en mi voz, como razón inerte,
una palabra ingrata y repetida.

Intuye su final mi ego, herido
de vida y muerte, por la luz eterna
y por su daga -respectivamente-.

Mi falso yo, en su pena consumido,
sabe al fin -sin querer- quién le gobierna,
que ya le espera su mitad ausente.


Luis Ángel Barquín

ANTE LA MUERTE

Sin esperar a que me cite, ¡sí!,
saber que crece dentro de mi ser,
que consume mi vida su poder,
que no existe la huida para mí.

Saber que lo que aprenda y aprendí
se postra ante sus ojos de mujer.
Saber que mi alma etérea puede arder
en la llama de amor que no encendí.

Saber que su atracción la luz se lleva,
como la sombra de la luna nueva
que ausente nos parece… y está cerca.

Saber que es fútil todo en su presencia
salvo el coraje inerme y la inocencia,
que su tornillo soy, y ella mi tuerca.

Luis Ángel Barquín

ELEGÍA

¡No sufro porque no me ames, sufro
porque no puedo amarte!
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxCanta un pájaro
sin alas bajo mis párpados, mientras
un suspiro sobrevuela mis manos.

Hoy la luz nos separa y delimita…
Nos ha unido la noche
vertiginosamente.
xxxxxxxxxxxxxxxxxAbrazo una
sombra -¿la tuya?- que me incendia, siento
un beso -¿mío?- que me ahoga.

La claridad se hace dolor humano
y engulle la imagen de la certeza.

Ya nunca el mundo será igual: sabemos
atravesar el tiempo y detenernos,
mas aún no recordamos el sitio
de nuestra sagrada comunión.
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxPara
morir nos basta el canto del silencio
en los labios; para nacer, el hueco
-agradecido, exacto, decisivo-
de lo irrepetible.


Luis Ángel Barquín

HACIA TU CORAZÓN

No existen los caminos
hacia tu corazón;
tampoco los atajos.

Hacia tu corazón,
sin cuerpo ni memoria,
se va de un solo salto.

La vida deja pistas
hacia tu corazón,
señales de lo mágico.

Hacia tu corazón
el aire es más profundo,
y el suelo más sagrado.

Un sonrisa alumbra
hacia tu corazón,
y el viento es aliado.

Hacia tu corazón
mi corazón apuesta
su pulso sin pensarlo.

Va despertando un sueño
hacia tu corazón,
en mis despiertas manos.

Hacia tu corazón
me bendice una lluvia
y un sol me va curando.

Luis Ángel Barquín

EL AMOR ES TU TIERRA

El amor es tu tierra;
un poema germina en su regazo.
Amas sin pretenderlo…

Te despierta el latido de la vida
y ves al fin el giro azul del mundo.

En el silencio, tu mejor palabra
-escrita por tus ojos,
acunada sin voz por tu sonrisa-
sana mi corazón, pulsa mi espíritu.


Luis Ángel Barquín

miércoles, 21 de marzo de 2012

NUTRIENTES

A Antonio Gamoneda

¡La lira me ha traído un nuevo amigo!
Agradezco a la vida su presencia,
su tiempo y su lenguaje -voz de ausencia
en unos labios lúcidos-. Prosigo:

él está lejos y a la vez conmigo,
reunidos doblemente por la esencia
de la poesía y la clarividencia.
En su frío mi piel encuentra abrigo

como en su luz mi muerte se adivina;
estuve hambriento de ánimo y grandeza,
y en él he hallado música y vacío;

su amada confusión me disciplina
para aplacar la sed de mi certeza…
Nutrientes para un pulso que hago mío.


Luis Ángel Barquín

HUMOR

A Fernando de los Bueis, eterno compañero
de la Escuela Wu Chi, in memóriam

Eras un ser auténtico y sencillo,
noble escuchante y contador ameno.
En la luz de tus ojos, algo bueno
danzaba por la paz con lento brillo.

Fuiste sirviente y rey de tu castillo:
monarca pícaro y bufón sereno
en una misma piel. Vacío y pleno
abrazaba tu humor, cálido anillo.

Ahora, que no pisas nuestro suelo,
del no lugar de tu invisible vuelo
nos llega un pulso afín y una inocencia.

Ahora, recordarte es necesario:
cada vez que nos pese el calendario,
será nuestra sonrisa tu presencia.


Luis Ángel Barquín

LAURA (II)

A todas las Lauras

A Laura Martín Delgado, por su trigésimo sexto aniversario


Quedó el giro del mundo suspendido
al escuchar un nombre de mujer
nunca antes pronunciado… Debió ser
el despertar de un corazón dormido

o el silencio expresando su latido.
Germina su palabra en el querer,
tierra de nadie para proteger
la semilla que busca su sentido.

Su nombre flota como nube o ala
en pos de una sonrisa, de un suspiro
o un guiño amigo, para al fin posarse.

Nombre que escribe el viento en cada escala
de su viaje en busca del retiro
donde permanecer y enamorarse.


Luis Ángel Barquín

miércoles, 14 de marzo de 2012

COMPROMISO (II)

A la Escuela Wu Chi

Antes de ver: estar y ser, la escucha en paz del hombre. Un silencio que estalla en melodía de notas presentidas, todas reveladoras del otro, de lo otro, de un tú en el corazón.

El tiempo nos persigue como una sombra antigua pegada al vértigo del solo paso.

En la muerte de todas nuestras muertes, nos espera el testigo: eterno, un ojo sólo, cíclope amigo y enemigo, extraña luz en el hogar común, definitivo.

Asciende lento el verbo por escarpadas frases, pisando rotas sílabas, con el aliento ancho y el pulso alado, exacto, de la música.

El futuro es ahora. Se hace de manos huecas y despiertas, que moldean la copa que tú me ofreces, donde ya bebemos.


Luis Ángel Barquín

CORAZÓN (II)

A la Escuela Wu Chi

Flotas en la corriente que conduce a la muerte. Cantas libre y disfrutas como un niño a la orilla del ritmo sincero de tu sangre. Nada temes y nada puede herirte, y al tiempo todo es riesgo y aventura.

Corazón en tus manos y en tus ojos. En tu vientre una música toca el silencio de tu propia voz, pulsa las pausas de la melodía que te guía y te calma.

Amas sin ti. Sin un destinatario. Sin saber. Sin medida.

La clara imagen de tu corazón se desvanece ahora en tu mirada, y tus pupilas arden en la noche del mundo como estrellas gemelas.

Aceptas mi presencia. Llenas mi ausencia con tu propia nada. Creas el hueco para tu latido. Resuena el mío, amado, con el espacio de tu corazón.

Luis Ángel Barquín

LUNA

El pozo de la luz viste de blanco. Gira su boca y canta con las notas del sueño. Sin reino, extiende su poder al día, inundando su orilla con el primer silencio.

Sombra de plata, su mirada oscura deja un regalo para mí en la mano sola, impasible, de la madre muerta.

Pregunto por su nombre: ella lo sabe y se sonríe, sabia; lo sabe ella y lo oculta; lo muestra en las pupilas de los recién nacidos.

Rueda su imagen por el firmamento con un sonido vago de misterio, uniendo los fragmentos del futuro, recogiendo las luces por llegar.

Subo hasta su morada cada noche para verme dormir, soltar mi peso.

Su corazón y el mío laten juntos cuando el pulso del hombre se recoge y respira.


Luis Ángel Barquín

EN MIS MANOS

Dos espacios desnudos, señeros, semejantes. El mismo barro -con distinto molde- respirando en ellos. Me hablan del silencio con la lengua del cuerpo, me señalan el tiempo con su reloj de arena.

Descubro en ellas surcos habitados por la memoria, recuerdos y presagios de animales dormidos, rastros de un ser en busca de sí mismo.

En su contacto con la gravedad, ascienden por escalas que la música deja tras de sí.

El corazón puede volar con ellas; hacia ellas sabe impulsar la sangre desde el hondo volcán que toca el centro mismo de la Tierra.

En ellas puedo estar sintiendo el mundo y su reflejo exacto.

Desde ellas puedo ser el nuevo hombre: esencia que se extiende más allá de su forma.


Luis Ángel Barquín

SUS OJOS

Hay en sus ojos una luna nueva y un sol que siempre sueña.

Se recoge la luz en sus pupilas como un ave nocturna, posando en la mirada su perfil de vigía.

Ojos que escuchan desde lo invisible -los suyos- de la noche… Su doble aparición en el silencio intacto: inmóviles, sin párpados, desnudos.

En ellos no hay reflejo, ni imagen capturada; no hay en ellos un eco, ni una lágrima. La hondura que ha ascendido del abismo, oscuridad que absorbe al que la mira.

En sus ojos, la muerte vive y muere, renace y se alimenta de la sombra, incendia el tiempo con su sol oscuro.

Ojos ausentes para ver las cosas, presentes para ver todo el espacio.

Luis Ángel Barquín

ESPACIO (II)

Agranda la atención su hueco intacto: un azul impoluto está alcanzando su mágico poder, la invisibilidad.

Extiendo la mirada a todas partes sin escoger ninguna. Y espero…

Veo ahora una fuente de caños infinitos. La música del agua moja el fondo del alma sin derramar sus notas.

Ocurren cosas siempre en primer plano. También, reflejos, ecos, gritos y oraciones pueblan las otras páginas del mundo, alimentan las bocas del gran sueño, roban latidos a los corazones.

La mirada extendida y sonriente, sin orillas ni olas, permanece desierta.

Otras cosas reclaman, sin desmayo, mi fe y mi testimonio.

Escucho ya muy lejos, vagamente, el murmullo del tiempo.


Luis Ángel Barquín

TE AMO

Te amo a pesar de mí, sin esfuerzo ni alas, a salvo del naufragio que me acecha.

Te amo en el hueco libre de mis manos, sin rozarte siquiera, sin recordar tu piel, sin esperarla.

Te amo en el vértigo del ave inmóvil, desnudo en el umbral de nuestra eternidad, un hogar habitado por el solo latido.

Te amo para sentir la vida en todas direcciones... Todas llevan a ti, todas nacen de ti, viajero soy por tu naturaleza.

Te amo vacío: la noche es mi alma amándote; es mi aliento la luz en tus pupilas.

Te amo por gracia del señor del tiempo, por el don que agradece tu imagen en el mundo, por el espacio donde soy contigo.

Te amo sin propósito: la intemperie talló mi rendición sin nombre.

Te amo para brindar por tu existencia, ante la muerte en que despertaremos.


Luis Ángel Barquín

DIARIO (II)


El mundo respirando en esta página, blanca de luz, vacía.

Busca la mano espacios no habitados en la memoria viva.

Abren su boca la sed y el hambre; como dos fantasmas gritan silencio sus dolientes voces.

El resplandor del giro decisivo; la gravedad del astro que agoniza.

La materia expresando sus límites: la forma que contiene la ausencia en su recreo.

Tú sigues en tu sitio, presente centinela, acechando -sin tiempo ya- el misterio.

Luis Ángel Barquín

INDIFERENCIA

En la vida sin forma el descanso echa flor.

No pesa ya el deseo, que se aleja en la misma corriente que lo trajo hasta aquí. A la orilla del río, un agua siempre nueva saluda y canta, refrescando el silencio, alegrando el paisaje.

Sin movimiento vano, el espacio se expande en el viaje hacia uno mismo.

La insistencia del tiempo no encuentra hueco en el oído anónimo y vira hacia el olvido.

Imágenes intactas, músicas inauditas, aún se ocultan en el reverso de la transparencia.


Luis Ángel Barquín

RABIA

Un huracán, del pecho va arrancando de cuajo los árboles que la paz sembró y cuidaron el sol, la tierra, el agua. La sangre se amontona en los accesos de la respiración.

Hay un olor a muerte entre las flores… Un recuerdo tan sólo los perfumes de azahar, jazmín o hierbabuena. Morir matando, hiriendo, cabalgar sobre el daño para dejar atrás al sufrimiento. Colmillos, zarpas, crecen, desgarrando la imagen que el espejo devuelve.

La espiral que se agota sin encontrar sus centros, el eje indescifrado de su propio destino.

A veces, un estanque; otras, un río fuera de su cauce; las menos, la cometa izada por el viento, flotando entre las nubes, como una estrella más de la dicha celeste.

Perro que gruñe y muestra la faz de la amenaza entre sus dientes.

Un lobo aúlla ahora hacia el ocaso, estremeciendo el corazón del mundo de las sombras.

Luis Ángel Barquín

DIARIO (I)

Hoy, día para vivir, para morir si cabe.

Abro la única página de mi diario, misteriosamente en blanco una vez más, esta mañana.

Recuerdo apenas que una mano trémula -¿mía acaso?- ayer cerró el diario, justo después de escribir con puño de dolor sobre un herida abierta.

Tan estrecho es el surco que la palabra deja sobre el papel, que es difícil seguirla hasta su término, y aún más viajar con ella en busca del sentido, remontando el cristal de la apariencia.

Aquí pregunto, sin hallar respuesta, por el tiempo. Aquí ordeno las cosas que no me han sido dadas, en filas y columnas, para olvidarlas una por una según las coordenadas de su ausencia.

Un espacio para ser… Darme cuenta de ello asomándome al blanco como color-destino que deshace los márgenes de esta única página.

Los nítidos recuerdos de las páginas arrancadas y rotas, apilados por otra mano amiga en la memoria, flotan en el naufragio de un poema sin fondo, a la deriva en la corriente fresca que siempre está pasando.

Luis Ángel Barquín

lunes, 12 de marzo de 2012

GATO

Puro silencio, camina
un tacto de seda indómita…
Sobre el suelo y sobre el aire
su peso de nave flota.

El ojo azul de la noche
se enamora de su sombra,
mientras el astro del día
su imagen fugaz evoca.

El tiempo salta su espacio
-donde no caben las horas-
para la caza sin prisa,
el buen descanso o la gloria.

Desde el reino del instante
atiende todas sus cosas:
siempre despierto, distingue
sonido, bocado y forma.

Su destreza es la caída;
el salto, su portentosa
aproximación al vuelo;
y la elegancia, su impronta.

Luis Ángel Barquín

ESENCIA (III)

Escucho este silencio por primera vez… Como se abre una flor, el oído despierta.

El mundo ha dejado de girar para el tiempo. Todo cae hacia el hueco de la última muerte. Aun así, nos amamos en la línea del vértigo y entonamos unidos la música del pájaro.

El valor se transforma en confianza. Entre palabras se abre la mañana final.

Ya podemos sentir la imagen de la vida. El aire huele a azar sin esperanza.

Lo que somos sin nombre nunca podrán quitárnoslo.

Luis Ángel Barquín