SILENCIO

Eso que sientes más allá del ruido,
después del trueno y antes que el suspiro,
si se posa en tu vientre, absorto miro
cómo se extingue en ti todo sonido.

Tras el morir y sin haber nacido,
desde el punto central de tu retiro,
vibra una nota limpia, en la que aspiro
la esencia de tu tiempo detenido.

Con voz, sin voz, la mano siempre quieta
de su vacío envuelve y desenvuelve
este regalo donde nos amamos.

En el silencio de los dos, completa
la ausencia su presencia, que resuelve
sobre el acorde en que nos escuchamos.

Luis Ángel Barquín